Crear el Día Nacional del Borgoña propone la Fuente Lastarria, que desde hace casi un año está a cargo del periodista Marco Sotomayor. en Merced 333, local que se ha ido posicionando en el barrio patrimonial del mismo nombre por su gastronomía criolla.

Día Nacional del Borgoña

El pasado 22 de febrero se celebró por primera vez el Día Nacional del Borgoña que propone la Fuente Lastarria, junto a otros locales de ese barrio patrimonial capitalino.

Además del borgoña, ofrecen tragos típicos como terremoto, vaina, licor de oro, pichuncho, malta con harina tostada y el enguindado, entre otros.

La idea de la iniciativa surgió ya que, dados sus ingredientes, el borgoña se asocia a las Fiesta Patrias, Navidad y a los meses estivales, habitualmente a partir de septiembre y hasta marzo, aunque en muchas regiones de Chile (sobre todo en la zona centro-sur) su consumo es durante todo el año.

Cronistas españoles llegados a Chile en los siglos XVI y XVII asocian a los mapuche con el uso de la frutilla en tragos fermentados. Y es que es la frutilla el fruto más utilizado en la preparación de este brebaje, pese a que algunos también utilizan los duraznos.

Más adelante, los jesuitas y sus viñas incentivaron el consumo del vino tinto, con o sin frutas, lo cual ya se hizo costumbre en el Chile colonial y hasta nuestros días.

INFLUENCIA EUROPEA

Día Nacional del Borgoña

Día Nacional del Borgoña

Borgoña es una región de Francia, desde la cual se exporta una importante serie de vinos asociados a dicha comarca. Genéricamente -así como ocurrió con el champán- en Chile comenzó a denominarse «borgoña» al vino tinto, por la influencia colonial gala, pero también al afán aspiracional de algunos viñateros criollos.

De hecho, el naturalista Claudio Gay descubrió que en Valparaíso muchos locatarios vendían «borgoña», y que no era más que vino chileno más azucarado y hasta arreglado con especias…

Con el tiempo, la marca borgoña se popularizó en nuestro país y, genéricamente, pasaron a llamarse así diversas cepas e, incluso, el vino con frutas y azúcar.

OTROS DATOS

Nutricionistas chilenos determinaron que el borgoña es el quinto trago típico nacional más calórico, sólo superado por el pihuelo (harina tostada más aguardiente), el pajarete, la chupilca y el cola de mono.

El borgoña no puede confundirse con el clery, el cual, pese a llevar vino y frutas, tiene diferencias sustanciales: la base de su preparación es el vino blanco y, aunque también puede incluir frutillas, habitualmente se confecciona con duraznos, chirimoyas, melón y hasta tunas. Y azúcar, obvio.

En 2020, el borgoña resultó elegida la mejor preparación con vino tinto en Chile, de acuerdo a votación popularidad (Fuente: página web La Semana de la Chilenidad).

¿Y SU DÍA?

Frutillas

Picar las frutillas y dejarlas macerar con azúcar blanca granulada.

A despecho de su historia, su masividad y lo grato que resulta beber un borgoña bien heladito, este típico brebaje no cuenta con su día nacional y, tal como dijimos más arriba, se asocia al Día Nacional del Vino o a las Fiestas Patrias.

Sin embargo, el Día del Vino se sostiene por sí solo, dada la calidad de nuestros viñedos y cepas, mientras que en 18 y 19 de septiembre el hábito popular se inclina por la chicha.

Por estas razones, la Fuente Lastarria (Merced 333) decidió́ crear el Día Nacional del Borgoña, como merecido homenaje a tan criolla preparación. Dadas sus características y a su asociación directa con los meses de primavera y verano, los gestores de esta iniciativa decidieron fijar cada 22 de febrero la fecha para celebrar al borgoña. Y ya cuenta con el apoyo del Bar La Junta, Chipe Libre y El Mulato, también del sector.

¿COMO LO PREPARAN EN LA FUENTE?

El borgoña, así́ como otros cocteles (el pisco sour, por ejemplo) tiene una base fija, pero matices que le insufla cada bartender. En la Fuente Lastarria, Paloma Ahumada, una de las encargadas de la barra, explica la preparación que ofrece el local: «Primero, picamos las frutillas y las dejamos macerar con azúcar blanca granulada, aproximadamente 12 horas; luego, vertimos la fruta en el un jarro de un litro, agregamos pisco transparente, vino tinto y hielo. Se adorna con una ramita de menta y unos pocos arándanos. Una delicia».

Fuente: El ägora