En pocos años de intensa restauración ecológica, el futuro de dos aves marinas chilenas amenazadas fue redireccionado hacia su recuperación. La Corporación Nacional Forestal (CONAF) y la ONG Island Conservation eliminaron con éxito la dañina e invasora población de conejos europeos que estaba destruyendo la vegetación nativa y el frágil hábitat de nidificación del Pingüino de Humboldt (Vulnerable, UICN) y el Yunco (en Peligro de Extincion, UICN) en dos islas de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt. Esto convierte a la reserva en la primera área protegida dentro del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE) declarada libre de plagas vertebradas invasoras, un logro que beneficia a la fauna nativa y a la actividad del ecoturismo asociada a esta unidad.
«Estas islas poseen las condiciones necesarias para apoyar la nidificación de aves marinas de nuevo, no sólo evitando la extinción del Pingüino de Humboldt y el Yunco, sino también respaldando los objetivos de biodiversidad de Chile y cobrando impulso en la tendencia hacia la salud ambiental mundial, además de mejorar las oportunidades de ecoturismo para las comunidades locales», dice Aarón Cavieres, director ejecutivo de CONAF.
Causa de alarma
Las islas de Choros, Damas y Chañaral, que conforman la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, se bañan en las aguas productivas y ricas en nutrientes del sistema de la corriente de Humboldt. Albergan al 80% de la población mundial del Pingüino de Humboldt (Spheniscus humboldti) y una vez fueron el hogar de 100.000 parejas de Yuncos (Pelecanoides garnotii).
«La Reserva es una piedra angular de la creciente industria del ecoturismo desarrollada por comunidades pesqueras cercanas», dice Cavieres. «El ecoturismo, basado en el contacto con la naturaleza única del sistema de la corriente de Humboldt, ofrece un futuro sostenible para la diversidad biológica de la región, y de las actividades que sustentan a las comunidades locales».
Durante milenios, las aves marinas y las delicadas plantas del desierto prosperaron juntas, pero todo cambió a principios del siglo XX cuando se introdujo el conejo europeo (Oryctolagus cuniculus) en Choros y Chañaral. Los conejos invasores despojaron las islas de arbustos y plantas herbáceas, ocuparon nidos de Yuncos y devoraron los cactus que daban sombra y refugio a los polluelos de los pingüinos.
Para controlar los conejos invasores, a mediados del siglo XX se introdujeron zorros en la isla de Chañaral que albergaba en ese entonces más de 100.000 parejas de yunco. Sin embargo, en lugar de erradicar conejos, los zorros introducidos erradicaron al Yunco antes de también morir. Esto dejó a la isla Choros como la única colonia significativa de reproducción para el Yunco dentro de la Reserva y hoy en día, alberga al 90% de la población nacional de la especie. Además de las muchas amenazas que estas aves enfrentan en el mar, la pérdida del hábitat de reproducción las pone en riesgo de extinción.
Intervención significativa
En 2013, la CONAF en colaboración con Island Conservation, dio el primer paso hacia una intervención significativa en la reserva. Para restaurar las condiciones necesarias para apoyar a las especies nativas y la industria del ecoturismo de la zona, los socios eliminaron los conejos invasores de la isla Choros y declararon el proyecto como exitoso un año después, en 2014.
La jefa del proyecto de Island Conservation, Madeleine Pott, comentó que «los resultados de la restauración en la isla Choros fueron evidentes de inmediato en toda la isla. Vimos campos de plántulas, cerros cubiertos por la amenazada flor Lirio del Campo (Alstroemeria philippii) y Yuncos que buscan anidar en antiguas madrigueras de conejo«.
Un elemento importante para la confirmación exitosa del proyecto fue la participación de un perro adiestrado en detección de conejos invasores. Finn es un labrador Retriever, entrenado en Nueva Zelandia, que ha contribuido en varios proyectos de conservación alrededor del mundo y jugó un papel importante confirmando la remoción exitosa de conejos invasores de la isla Choros.
El éxito en Choros preparó el camino para una intervención similar en la isla Chañaral en 2016, la cual es dos tercios más grande que Choros. Un total de treinta voluntarios, empleados y un binomio canino, realizaron el trabajo de campo a lo largo de 20 meses, cubriendo más de 6.680 kilómetros, resistiendo el incesante sol del desierto y los fuertes vientos del sur, para completar el proyecto.
Luego de meses de monitoreo en Chañaral buscando señales de conejos restantes, la isla y toda la reserva –la primera área protegida de su tipo dentro del SNASPE—han sido declaradas libres de plagas vertebradas. Los científicos ya han detectado indicios del resurgimiento de un ecosistema saludable: los paisajes áridos han sido reemplazados por campos de flores y plantas nativas nunca antes registradas en Chañaral están prosperando.
Después de la remoción del conejo invasor en Chañaral, se identificaron 16 especies de plantas nunca antes registradas en la isla – Incluyendo tres especies nunca antes vistas en la Reserva.
Ahora libre de conejos invasores, existe la esperanza de que los Yuncos vuelvan a reclamar a Chañaral como su hogar y que los Pingüinos de Humboldt continúen criando nuevas generaciones de su especie en esta Reserva Nacional.
Sobre la base de este éxito, CONAF y Island Conservation están buscando restaurar otras islas en Chile con amplios beneficios para la biodiversidad chilena, incluida la isla Alejandro Selkirk en el Archipiélago de Juan Fernández. El compromiso de CONAF, de proteger a las especies nativas chilenas, le posiciona para lograr las metas de biodiversidad AICHI, específicamente las metas 5, 9 y 12.