Ya son más de tres años que Alicia Tapia y Elías Marín, empresarios de la Región de Atacama, llevan trabajando en su emprendimiento de turismo cultural, inmersos en un poblado ubicado en la Quebrada de Pinte, lugar que forma parte del Valle de Los Naturales. Pinte Mágico es el nombre del producto turístico que ofrecen, un recorrido por la quebrada ubicada en la Provincia del Huasco, comuna de Alto del Carmen.
Esta pequeña localidad perdida entre montañas multicolores cuenta con una gran cantidad de fósiles asentados en sus laderas que corresponden al periodo jurásico con restos paleontológicos marinos que dan matices amarillos, naranjos y bermellones. La panorámica es maravillosa.
Alicia, de 38 años, siempre ha estado ligada a su tierra natal, donde ha ganado experiencia en distintos trabajos, como en la construcción de viviendas sociales u otros relacionados a la pequeña minería del cobre. Desde los nueve años es artesana de la totora, además de artista textil, escritora y hoy directora de la Galería Artesanal Atacamarte de Freirina.
En Pinte Mágico –producto turístico ganador del concurso Más Valor Turístico 2017–, Alicia trabaja con Elías Marín, de 29 años, quien es ingeniero en instrumentación. Elías trabajó varios años para proveedores de la minería de la Región de Atacama, por lo que conoce de cerca los efectos de esta industria en lugares como la Provincia del Huasco. De allí comenzó su búsqueda por otra opción laboral, una que no significara un menoscabo a los territorios ni a las personas.
“El turismo es una alternativa de crecimiento económico sustentable”
Los habitantes de Pinte, apenas 19 personas, viven una tradición arraigada en la cultura diaguita, se mueven entre casas de adobe bajo un implacable sol nortino y se dedican principalmente a la agricultura y la ganadería cordillerana. Es por eso que, para estos dos jóvenes empresarios nortinos, la integración de su entorno es vital.
La empresa trabaja con comuneros indígenas pertenecientes al pueblo diaguita, todos habitantes del lugar, emprendedores agrícolas y ganaderos quienes proveen los alimentos y mujeres artesanas de la disciplina-arte textil, quienes con el desarrollo del telar de palo plantado muestran a los visitantes su oficio. Pinte Mágico propicia de este modo instancias de ventas que son muy necesarias por la falta de comunicación y las largas distancias con los demás destinos de la región.
Para Alicia Tapia, la principal motivación para concretar la empresa Chulengo y, en especial, el producto Pinte Mágico, fue “buscar nuevas alternativas de crecimiento económico para los territorios de la Provincia del Huasco. Vivimos en una provincia que históricamente ha sobrevivido gracias a la pequeña minería del oro y el cobre”.
Fue así como el tema de la innovación los hizo volcarse a su gran pasión: el turismo. “La ilusión del progreso y la falta de oportunidades laborales han permitido que sucedan hechos que a nosotros nos conmueven y nos hacen sentir también responsables de lo que sucede en nuestros territorios. Por eso, el turismo nos parece una de las alternativas de crecimiento económico sustentable, si tenemos la capacidad de manejarlo”.
Como pequeño operador turístico local, Chulengo siempre busca incorporar servicios que mejoren la experiencia del turista, como, por ejemplo, talleres de oficios, charlas de astronomía ancestral y de patrimonio, para que conozcan, además del lugar, su historia.
Disfruta de la desconexión
Pinte Mágico es una invitación a recorrer la Quebrada de Pinte y apreciar la gran cantidad de restos fósiles del lugar. En el recorrido que dura dos días y una noche, los turistas visitan el embalse Santa Juana, realizan un city tour en el sector centro de Alto del Carmen y conocen el Museo Paleontológico de Pinte y los túmulos funerarios de la cultura prehispánica el Molle. En el lugar, los profesionales dictan una charla de historia y juntos hacen un reconocimiento de los vestigios arqueológicos.
De noche, antes de disponerse a descansar en un refugio del pueblo, se vive una experiencia de observación astronómica a través de telescopio, acompañados de una fogata y música en vivo. Al día siguiente, luego de un desayuno local, inician una caminata hacia los cerros multicolores con restos fósiles marinos. En la tarde, tras un almuerzo local, se realiza un taller de adobe, en que los artesanos locales enseñan a los turistas teoría, historia y práctica de las artesanías. Por la tarde, comparten una once campestre y emprenden regreso al punto de origen.
Según Alicia Tapia, “en esta instancia, se genera un espacio para conocer y convivir con los habitantes. Lo más importante es que los participantes generan relaciones de comunidad, ya que, al compartir el mismo espacio y las mismas actividades, sumado a la desconexión total forman el mejor condimento de esta ruta”.
–¿Cuál es la importancia de la sustentabilidad en su empresa?
–La sustentabilidad es vital. El principal objetivo de nuestra existencia es el cuidado de nuestro territorio, por lo mismo, estamos realizando nuestra postulación para obtener del Sello S de Sustentabilidad Turística, al que esperamos acceder este año.
La copropietaria de Chulengo es clara: “Sin innovación ni sustentabilidad en el valle del Huasco, no podríamos siquiera pensar en crecer y establecer el turismo como un polo de desarrollo económico. Estos son los ejes que permiten que esta actividad sea viable en lugares de compleja geografía y de escasa intervención”.
Alicia Tapia enfatiza en que “el turismo debe ser tratado con gran cuidado porque si no se controla, altera por completo el contexto social y cultural de los territorios”.
Puedes conocer más de este producto en www.chulengoatacama.cl. Contáctalos al teléfono +56 9 4 266 53 97
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