Por Lorena Arriagada G.
Secretaria General
Asociación Chilena de Empresas de Turismo, ACHET, A.G.

 

 

 

 

En estos días somos testigos de un posible escenario de “guerra comercial” entre las principales potencias del mundo. Los primeros análisis de los expertos hablan de observar y ser precavidos en las medidas para no sobreactuar. Por otro lado, es en estos momentos cuando se comienza a hablar, como un ‘deja vu’, de la necesaria diversificación de la matriz productiva de Chile, para no depender de comodities, como el cobre cuyo precio es susceptible de significativas fluctuaciones en los mercados internacionales. La importancia de la diversificación productiva, es sin duda, clave para el crecimiento económico del país. Es por ello, que debemos tener presente que la activación de un sector económico, generalmente debe ser acompañado de políticas y estrategias de desarrollo sectorial, que, sumadas al esfuerzo privado, transformen con audacia y energía un sector exportador.

La Industria del Turismo es uno de esos sectores en los cuales se puede trabajar coordinadamente entre el sector público y privado, con una mirada de largo plazo. El resultado es evidente, las tasas de crecimiento en el ingreso de divisas ha sido un aporte más que importante para las regiones del país y para un gran número de pequeñas empresas que dan servicios a lo largo y ancho de Chile.  Un ejemplo de ello es el año 2017, en el que ingresaron cerca de US$4 mil 200 millones.

Debemos esforzarnos para seguir trabajando en mejorar aspectos fundamentales de este sector, como la calidad en el servicio, la capacitación, los servicios aeroportuarios, incorporación de innovación en todos los ámbitos y niveles, por mencionar algunos. La tarea es grande, pero no cabe duda de que la Industria del Turismo se ha transformado en una industria que contribuye a la tan ansiada diversificación de la matriz productiva de Chile.  Tengámoslo presente.