A través de un decreto publicado el miércoles (27), el presidente Jair Bolsonaro transformó a Embratur (Ente Brasileño de Turismo) en la Agencia Brasileña de Promoción del Turismo Internacional, que tendrá más jerarquía, autonomía operativa, mayor presupuesto y la posibilidad de cerrar alianzas con el sector privado.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, junto al presidente de Embratur, Gilson Machado Neto, en la firma del decreto que transforma a Embratur en la Agencia Brasileña de Promoción del Turismo Internacional.
El objetivo del cambio es mejorar la imagen del país en el extranjero y alcanzar el número de 12 millones de visitantes extranjeros para 2022, el doble de los que convocan en la actualidad. Argentina es el país que más turistas envía cada año a Brasil, unos 2,6 millones de visitantes, cerca de 40% del total.
Según el presidente de Embratur, Gilson Machado Neto, la nueva agencia asumirá un papel activo y estratégico en la atracción de turistas internacionales. «Esperamos hacer del turismo un importante protagonista de la recuperación de la economía brasileña y que esta medida se traduzca en más empleos e ingresos para la población y el país», explicó el funcionario en Brasilia, al anunciar el cambio de estatus de la entidad.
Las autoridades brasileñas estiman que Brasil recibe un flujo modesto de turistas en proporción a sus atractivos naturales y culturales. La nueva entidad estará dotada de un presupuesto más amplio que el actual, que ronda los 12 millones de dólares. «Países de la región con los que competimos por el flujo turístico tienen presupuestos más generosos para promoción turística, por ejemplo, Argentina con 80 millones de dólares; Colombia con 110 millones de dólares o México con 490 millones, mientras que en Brasil esta cifra fue de sólo 12,8 millones en 2018«, dijo Machado Neto, quien prevé un crecimiento exponencial en ese presupuesto.
El presidente del Ente Brasileño de Turismo (Embratur), Gilson Machado Neto. (Foto de Isac Nóbrega /PR).
El gobierno de Bolsonaro, que asumió el primero de enero de este año, ha tomado otras medidas para estimular el turismo receptivo, como la concesión de 22 aeropuertos al sector privado y la apertura del mercado aéreo para compañías de capital extranjero. A nivel parlamentario el oficialismo también está impulsando leyes para estimular el turismo de cruceros, la baja de impuestos al combustible para aviones y la liberalización del juego -hoy prohibido en todo el territorio nacional- en resorts. El Ejecutivo federal también ha facilitado la emisión de visas electrónicas para ciudadanos de Estados Unidos, Canadá, Australia, Japón y China que quieran viajar a Brasil.
La nueva Agencia Brasileña de Promoción del Turismo Internacional dependerá del Ministerio de Turismo, pero tendrá fuentes de financiación más diversas, no sólo del presupuesto federal. «En el formato de agencia, será posible celebrar acuerdos y promover acciones integradas con otras agencias gubernamentales e iniciativas privadas», explicó el presidente de Embratur.
A pesar de haber sido elegido por el Foro Económico Mundial como el segundo país en el ranking de competitividad internacional en recursos naturales y el octavo en recursos culturales, Brasil ocupa el puesto 32 en competitividad y el 101 en la industria del turismo y viajes.
Los cerca de 6,5 millones de turistas que Brasil recibe por año aportaron a la economía del país unos 5.900 millones de dólares en 2018, según datos del Ministerio de Turismo.