Inserta en la precordillerana comuna de Curacautín, específicamente en la localidad de Malalcahuello, se encuentra la Casa Verde Hostal Ecológico, emprendimiento con más de ocho años de historia que tiene como principal sello una atención que no se traduce en un servicio turístico, sino más bien en una experiencia familiar.
Así lo comenta Catalina Barba, emprendedora de sesenta y un años y propietaria de Casa Verde: “Lo que nos diferencia del resto es que esta casa no se construyó para ser un hostal. Nuestra casa tiene nuestra vida, está llena de recuerdos y nuestros visitantes se maravillan con sus detalles”.
El año 2002 inició su sueño con la construcción de su actual hogar, buscando cambiar el ambiente que le proporcionaba la Región Metropolitana, por el verde y blanco de este hermoso sector de La Araucanía. “Elegimos este lugar por el amor a la naturaleza, por su belleza y tranquilidad, y porque nos entregaba paz”, asegura.
De forma definitiva, se trasladaron a Malalcahuello en 2010 y dos años más tarde le dieron vida a su emprendimiento, comenzando un camino con más dudas que certezas. Explica que “iniciamos este emprendimiento con mucho temor porque abríamos nuestra casa a gente que no conocíamos, sin tener mayor experiencia en este rubro”.
El nombre de este hostal, comenta Catalina, tiene que ver no solo con el color propio de la casa, sino también por el entorno que la rodea y por su respeto hacia la naturaleza, algo que consolidan mediante un uso eficiente de la energía y el reciclaje.
“Tenemos hábitos sustentables de vida, llevamos muchos años rellenando las cajas de leche con todo tipo de plástico, que utilizamos para aislar nuestras construcciones, así nuestros residuos son mínimos”, señala.
Este hostal inserto en la localidad de Malalcahuello tiene un servicio de alojamiento con cuatro habitaciones y una capacidad para once personas. Las habitaciones fueron, en su mayoría, hechas bajo el concepto de ecoconstrucción, cumpliendo así con su leal compromiso con el medio ambiente.
Para Catalina, Casa Verde se ha transformado en un sueño que le ha permitido compartir una pasión traspasando fronteras. “Llevamos ocho años en esto y ha sido una experiencia maravillosa. He abierto mi casa a viajeros de Chile y el mundo y, lo más importante, a viajeros que aman, respetan y cuidan la naturaleza, disfrutan de las actividades al aire libre”.
Casa Verde en pausa para volver con más fuerza
Si bien la pandemia ha sido una coyuntura que no ha dejado a nadie indiferente y menos a quienes viven del turismo, esta empresaria de profesión nutricionista detalla que ha tomado este tiempo como una pausa para dedicarse a otras cosas y también para trabajar en la implementación de los protocolos y todas las medidas que le permitan garantizar la seguridad sanitaria.
En ese sentido, asegura que la asociatividad es fundamental en estos momentos, para poder garantizar que todos los servicios vinculados a la experiencia que ellos entregan brinden la seguridad que el visitante requiere, algo que se ha convertido en el sello de Malalcahuello y todos sus empresarios.
Catalina, quien se transformó en la finalista regional de La Araucanía del concurso Mujer Empresaria Turística 2020, asegura que espera con ansias volver a reactivar su emprendimiento y continuar con algo que se ha convertido en su pasión.
“Quienes estamos ligados al turismo debemos hacer todo con mucho cariño, para entregar una grata experiencia a los visitantes. Nosotros atendemos a nuestros huéspedes como amigos de toda la vida. Ese es nuestro eslogan, pero también la esencia de Casa Verde es entregar una experiencia familiar en este hermoso rincón de La Araucanía”, finaliza.
Fuente: Sernatur