Llegó desde Francia y se enamoró de Chile, sobre todo de San Fabián, comuna precordillerana de la Región del Ñuble en donde vive desde 2013. En ese alejado lugar, Cora Menegoz decidió emprender y crear Andeaë Expediciones Andinas, luego de no encontrar trabajo como ingeniera.
Gracias al trabajo en su emprendiiento, este año Cora fue reconocida por el concurso Mujer Empresaria Turística, certamen con que Sernatur, el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género y BancoEstado destacaron a aquellas empresas lideradas por mujeres que desarrollan productos y experiencias turísticas desde el ámbito rural.
Cora cuenta que, al principio, cuando recibía visitas de amigos y familiares que venían de Francia, quedaban maravillados con lo salvaje del lugar: “Para ellos, era un tesoro no ver otros turistas durante días en la cordillera, comer chivo al palo y matear con familias de arrieros”. Fue eso, la naturaleza de San Fabián, pero también otro motivo la que la llevó a formar su empresa. Tenía ganas de participar del desarrollo local y generar conciencia ecológica.
En el tiempo que lleva en funcionamiento Andeaë Expediciones Andinas, ha logrado generar vínculos fuertes y mucha confianza con arrieros. Explica que son a veces son personas tímidas o poco sociables, por lo que “tuve que convencerlos de participar de mi proyecto turístico. Quise cristalizar una idea que le diera vida a San Fabián, preservando las tradiciones y generando ganancias para los arrieros y sus familias”.
—¿Qué impacto tiene la propuesta de turismo rural en la comunidad?
—Mis turistas viven una experiencia única que combina aventura y cultura. Cuando recibo grupos de extranjeros para una expedición de varios días en la cordillera, siempre empezamos y terminamos la estadía por una comida típica en la casa de una familia de campesinos de San Fabián. He tenido muy buenas experiencias con familias del pueblo que tienen huertos de verduras orgánicas, espacios para recibir turistas, y cocinan deliciosos platos típicos: tortilla de rescoldo, pantrucas, cazuelas.
En la experiencia que ofrece esta empresaria de treinta y cuatro años aprovecha también de invitar a una cantante folklórica para que toque durante el aperitivo y a algunas artesanas locales para que expongan sus tejidos de lana. Asimismo, cuando está en la cordillera con un grupo de turistas, incluye experiencias de comidas o mates con familias de arrieros. “Compro a campesinos locales chivos, gallinas y pan amasado en el camino. Intento trasmitir los valores de la cultura arriera a lo largo de todo el viaje”, dice.
Por un turismo vivencial en la cordillera del Ñuble
Vivir la experiencia de Andeaë Expediciones Andinas es descubrir y compartir con familias de campesinos en la cordillera. Quienes llegan hasta San Fabián tienen la oportunidad única de conectarse con la naturaleza y las costumbres de los arrieros, lacear un chivo, prepararlo y comerlo como tradicionalmente se hace, además de descubrir los sabores de la flora cordillerana a través de menús tradicionales. “Se alegran al ver que su plata ayuda a humildes familias a sustentarse en la cordillera. Las tortillas las fabrica Nina, los chivos son de Adán, alojamos donde Horacio, todos gente de cordillera”: así de familiares son los viajes de inmersión cultural que organiza Cora, especialmente diseñados para que los visitantes puedan sumar algo nuevo a sus vidas, más allá de los recuerdos. Y así se lo hacen saber en las plataformas para viajeros. Resalta un comentario que la llena de orgullo: “¡Una experiencia a la Saint-Exupéry!”.
Un aspecto importante para Cora Menegoz es la sustentabilidad medioambiental. Nunca lleva grupos muy grandes por varios días en la montaña, porque —según detalla— no podría compartir bien con todos sus clientes y porque la seguridad y el impacto ambiental son temas prioritarios. Dice que “volviéndome guía de ecoturismo, he logrado desarrollar una mayor confianza en mí misma, hago de mis pasiones mi trabajo y es lo que les deseo a todas. Cuando los clientes se van contentos, el boca a oreja es muy eficiente. Sería hermoso formar una red de mujeres guías de ecoturismo y poder trabajar en conjunto desde las distintas regiones de Chile”.
Desenvolverse en un mundo mayoritariamente de hombres implica superar dificultades, pero el hecho de que sea una mujer recorriendo sola la cordillera ha sorprendido a más de un arriero. Recuerda que, al principio, le decían que la comería el león o que las lagunas se ponían celosas. Complementa que “para ellos, es poco común ver una mujer sola por la cordillera. Pero de a poco se dieron cuenta de mi fuerza y experiencia en la montaña y nacieron lindas relaciones de confianza y amistad”.
—¿Cuál es el mensaje que puedes entregar a otras mujeres que aún no se animan a cumplir el sueño de emprender?
—Las mujeres somos arañas tejedoras de redes, somos abejas trabajadoras, somos fertilidad como nuestra hermosa tierra. El planeta necesita mujeres emprendedoras, sensibles y fuertes a la vez, para desarrollar proyectos sustentables. Pienso que en general las mujeres actuamos más desde el amor y el respeto que pensando en generar plata a toda costa. Siento que nos enfocamos más sobre la calidad que sobre la cantidad también.
Fuente: Sernatur