Potenciar la marca de origen de los productos generados en los territorios de las Reservas de la Biosfera, a fin de certificar que cumplen con los requisitos del desarrollo sostenible, es el trabajo que proyecta desarrollar la Corporación Nacional Forestal (CONAF) entre los habitantes de estas zonas que cuentan con reconocimiento de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Para implementar esta iniciativa, se está coordinando un trabajo piloto en tres de las diez Reservas de la Biosfera con que cuenta Chile. Éstas son: las Reservas de la Biosfera Lauca, de la Región de Arica y Parinacota; Fray Jorge, de la Región de Coquimbo; y Torres de Paine, de la Región de Magallanes.
Lo que se pretende con la marca Reserva de Biosfera es establecer una clara diferencia entre lo producido dentro y fuera de cada territorio. De esta manera, se está agregando valor a productos locales que son elaborados por sus propios habitantes, con materias primas del territorio, lo que en definitiva contribuye a cumplir con las funciones de las Reservas de Biosfera y del Programa MaB (Programa sobre el Hombre y la Biosfera).
Para ello, ya se han efectuado dos capacitaciones, contando en la última con la participación de 32 asistentes de diferentes Reservas de la Biosfera del país, ocasión en que el tema central fue presentado por profesionales de la Reserva de Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mateo, de Galicia, España, quienes compartieron su rica experiencia en la generación y promoción de la marca que, desde hace más de cinco años, distingue y diferencia los productos y servicios emanados de dicho territorio. Éstos son elaborados por las empresas acreditadas previamente, lo que garantiza, como señaló el presidente de esta Reserva de Biosfera, José Antonio Santiso, el compromiso de éstas con el desarrollo sostenible.
Esta capacitación, focalizada en los aspectos prácticos y operativos de la marca Reserva de Biosfera, se une a una iniciativa de marzo pasado, en la cual el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI) ya había proporcionado a CONAF la información administrativa y legal para la inscripción y registro de la marca, conforme a la legislación nacional.
Ítalo Rossi, gerente de Áreas Silvestres Protegidas de CONAF, indicó al respecto que “se espera que estas capacitaciones contribuyan a implementar, prontamente, los tres pilotos priorizados. Esperamos que, a partir de estas experiencias, podamos seguir en un futuro cercano con otros territorios con similar reconocimiento otorgado por UNESCO”.
Las diez Reservas de la Biosfera de Chile suman en total una superficie de 16,6 millones de hectáreas, de los cuales 4,6 millones de hectáreas corresponden a áreas silvestres protegidas u otra categoría de protección oficial (27%), en tanto que 12 millones de hectáreas son territorios marinos o terrestres que están fuera del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (73%).