Brasil es considerado uno de los lugares con mayor riqueza natural del mundo. Y el país ofrece áreas preservadas para quienes desean una inmersión total y una reconexión con la naturaleza.
Aquí enumeramos algunos ejemplos imperdibles y cómo llegar a ellos. Hoy, Chile y Brasil han restablecido la mayoría de sus frecuencias aéreas, por lo que Santiago está conectado con las principales capitales brasileñas que ofrecen vuelos diarios a todos estos lugares. Solo resta elegir, preparar el equipaje y sumergirse en un paraíso ecoturístico a pocas horas de distancia.
Amazonas: Parque Nacional de Anavilhanas
Ubicado en el Río Negro, es uno de los parques nacionales brasileños más conocidos internacionalmente. Formado por el segundo archipiélago fluvial más grande del mundo, con poco más de 400 islas y 60 lagos, desde el año 2000 está catalogado como Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO.
La mejor manera de visitar Anavilhanas es hospedarse en Novo Airão (a 195 km por carretera de Manaos, capital de Amazonas), municipio donde se encuentra el parque, y que cuenta con una estructura razonable de hoteles, posadas, tiendas de artesanía y agencias de turismo, que organizan paseos en barco por el archipiélago. Imperdibles la excursión para nadar junto a los delfines rosados comunes en la región. Los hoteles de selva son la mejor alternativa para una inmersión total, aunque suelen ser exclusivos y costosos.
Se puede llegar en avión, por tierra o barco; en este último caso se puede viajar en los barcos que cruzan el rio amazónico y donde los pasajeros llevan sus propias hamacas, para viajar «colgado» las nueve horas que llega a insumir el viaje hasta el parque nacional.
Bahía: Parque Nacional Marinho dos Abrolhos
Creado en 1983, fue el primer parque marino nacional de Brasil y es célebre por el espectáculo de las ballenas que regresan a este archipiélago del sur de Bahía todos los años, entre junio y noviembre, para reproducirse.
Con casi 88 mil hectáreas, Abrolhos alberga alrededor de 1.300 especies marinas, desde corales y peces hasta aves y tortugas. La mejor forma de visitar la zona es con paseos en barco, especialmente durante la época de avistamiento de cetáceos, y para el buceo, en las zonas habilitadas. También es posible realizar visitas guiadas a las islas Siriba y Redonda, para la observación de aves.
Los tours generalmente parten de Caravelas, localidad ubicada en el extremo sur de Bahía, a casi 850 km de Salvador. Los vuelos hasta Caravelas parten de Porto Seguro (Bahía) o Vitoria, capital de Espíritu Santo, e incluyen conexiones aéreas nacionales e internacionales.
Ceará: Parque Nacional de Jericoacoara
Pedra Furada y Duna do Pôr do Sol son las postales más conocidas de este parque de casi nueve mil hectáreas, con algunos de los parajes de playa más lindos del Nordeste brasileño.
El pueblo aun conserva su aire de villa de pescadores, con naturaleza preservada, playas calmas, lagunas y dunas, además de una amplia gama de deportes náuticos y una excelente infraestructura en términos de alojamiento y gastronomía.
En Jericoacoara, los vehículos particulares no pueden circular por las calles, y los autos se quedan a la entrada del pueblo, por eso es indispensable contratar transfers o alquilar vehículos 4 x 4. Jericoacoara está a 300 km de Fortaleza (capital de Ceará), donde llegan los vuelos con conexión internacional. A 30 km está el Aeropuerto Regional de Jericoacoara, ubicado en la vecina ciudad de Cruz, una opción más cercana, aunque con menos frecuencias disponibles.
Goiás: Parque Nacional da Chapada dos Veadeiros
Con 240.611 hectáreas de extensión y distribuida en cinco municipios de Goiás, el parque fue creado para preservar una parte importante del Cerrado, ecosistema típico de las planicies brasileñas. Con su entrada principal en São Jorge (distrito de Alto Paraíso, el parque alberga especies y formaciones vegetales únicas, cientos de manantiales y cursos de agua, rocas de más de mil millones de años, un conjunto que le valió el título de Patrimonio Natural de la Humanidad, otorgado por la Unesco en 2001.
El parque se ubica a 230 km de Brasilia, importante hub de vuelos internacionales. El tramo terrestre se puede hacer en auto particular, alquilado o en ómnibus, desde la céntrica estación rodoviaria de Brasilia, ubicada debajo de la Torre de TV.
Maranhão: Parque Nacional dos Lençóis Maranhenses
De las 155.000 hectáreas del parque, 90.000 están cubiertas por dunas y lagunas, a las que se puede llegar en vehículos 4×4. En los pliegues interiores de los arenales se forman lagunas de agua dulce producto de la lluvia, en las cuales se puede nadar (con ciertas restricciones).
La visión de las lagunas en medio del desierto es emocionante y rara, porque sólo es posible pocos meses por año, especialmente entre junio y principios de septiembre, ya que el resto de los meses retoman su aspecto desértico. La base principal es Barreirinhas, a 260 km de la capital São Luiz por carretera pavimentada y donde se encuentran la mayoría de los hoteles, restaurantes y empresas de turismo de la región.
Hay otros accesos al parque, como Santo Amaro e Atins, que también ofrecen lugares de ensueño, ya que el parque se entiende por tres municipios. Para llegar a São Luiz hay vuelos diarios desde São Paulo, principal hub aéreo de Brasil para vuelos internacionales.
Mato Grosso: Parque Nacional do Pantanal Matogrossense
Ubicado en los municipios de Poconé y Cáceres, en Mato Grosso, este parque creado en 1981 conserva 210 km de hectáreas del Pantanal.
Luego de cruzar la legendaria Carretera Transpantaneira, se llega a Porto Jofre, en Poconé, desde donde los barcos navegan por las áreas inundadas del parque, permitiendo la observación de su rica fauna, repleta de tuiuiús, caimanes, venados y, con suerte, jaguares.
La mejor época para visitar es de mayo a septiembre, cuando llueve menos. Vuelos internacionales en conexión tienen frecuencias a los más cercanos aeropuertos de Cuiabá y Campo Grande. Desde Cuiabá, hay tres opciones: la MT-060 hasta Poconé (104 km), la MT-040 hasta Barão de Melgaço (111 km) y la BR-070 hasta Cáceres (215 km).
Hay tres tipos de alojamiento en el Pantanal: los destinados a ecoturistas suelen incluir comidas y, en algunos casos, recorridos diarios. Los hoteles de pesca son más sencillos y en los barcos-hotel, se duerme en camarotes con camas y las comidas están incluidas en los paquetes.
Silvio Nascimento, presidente de la Agencia Brasileña de Promoción Internacional del Turismo (Embratur), recuerda la importancia de los parques nacionales y los esfuerzos del Gobierno brasileño para su preservación.
“Brasil es uno de los destinos naturales más importantes del mundo. El pulmón del planeta, el Amazonas, está aquí. Es natural que el turismo y la naturaleza estén completamente entrelazados; pero necesitamos hacerlo con celo, responsabilidad, asegurando que brasileños, extranjeros y futuras generaciones puedan disfrutar de este patrimonio. Es por eso que el emprendimos un programa de concesiones con el objetivo de mejorar la infraestructura de los parques, enriquecer la experiencia del visitante y tener una gestión responsable del patrimonio natural de Brasil”, manifestó.