Brasil, el mayor país sudamericano, ofrece paisajes y ciudades estimulantes, accesibles, con temperaturas agradables y donde el invierno no resta un ápice a las bellezas naturales de su entorno. Es una buena alternativa para evitar los fríos de esta época en el territorio chileno.
Para ayudarles a decidir, les mostramos a continuación cuatro rutas increíbles para entrar en calor
FLORIANOPOLIS, SOL, PLAYA Y GASTRONOMÍA
Con temperaturas promedio que van de 13 a 22 grados en el invierno, la capital de Santa Catarina es uno de los destinos turísticos veraniegos más demandados de Brasil para turistas locales y de países vecinos.
La isla mantiene intactos sus encantos en invierno, cuando su amplia oferta de hoteles y posadas incluye descuentos importantes -de hasta 50%- incluso en los barrios más céntricos y animados de la isla. En invierno desaparecen los embotellamientos usuales en verano en el acceso a las playas, el clima es seco y soleado y permite recorrer sus atractivos de punta a punta.
Florianópolis tiene más de cien playas y la mayor red de senderos urbanos del país, para recorrer todo el año. Salvo los kioscos y restaurantes a la orilla del mar -que sólo funcionan en temporada alta-, la oferta gastronómica de la ciudad se mantiene intacta, especialmente en el Mercado Público del centro.
Un imperdible en cualquier estación es el tour a la Isla Anhatomirim y Bahía dos Golfinhos, que incluye un recorrido por la bahía norte de la ciudad, vistas panorámicas y avistaje de delfines. Otro paseo clásico es la cabalgata en el Parque Rio Vermelho, al este de la isla; el trayecto de ocho kilómetros pasa por arroyos entre los bosques del Rio Vermelho, y desemboca en playas de arena finísima. Si la idea es alejarse de cualquier indicio de ciudad, la isla de Campeche, una reserva natural con acceso restringido, solo accesible por via marítima; el pasaje en barco ronda los 12 dólares por persona, ida y vuelta.
POMERODE, LA CIUDAD MÁS ALEMANA DE BRASIL
Pomerode (con temperaturas invernales de entre 15ºC y 25 ºC en julio) es un municipio de Santa Catarina donde más del 90% de la población de 34 mil personas es de origen alemán, y que mantiene sus reminiscencias bávaras en la arquitectura, gastronomía y un ritmo de pueblo apacible. Sus habitantes mantienen el uso del dialecto pomerano como lengua coloquial y del Hochdeutsch como lengua escrita, ambas en desuso incluso en Europa.
Ubicada a 173 km de Florianópolis, Pomerode es parte del Valle Europeo Catarinense, un circuito de 19 ciudades en el cual resalta la buena señalización, los canteros con flores y los menúes con reminiscencias europeas. Ideal para recorrerla en bicicleta, esta localidad tiene circuitos organizados para aquellos que quieran explorarlos con o sin la ayuda de guías. La ciudad se encuentra al norte del Parque Nacional de Itajaí, donde abundan bosques, ríos y cascadas, que favorecen el contacto con naturaleza y varias opciones de turismo rural. El aeropuerto más cercano a la ciudad es el de Blumenau.
JAPARATINGA, EN BUSCA DEL SOL DEL NORDESTE
Situada a 10 km de Maragogi -en el estado de Alagoas- Japaratinga es un remanso tropical que aún conserva su aire de aldea de pescadores, con alrededor de diez mil habitantes. El invierno lleva sus termómetros entre los 23ºC y 26ºC, con esporádicas lluvias breves, pero sin asomo de las tormentas tropicales que suelen afectar al Caribe entre los meses de julio y octubre.
Su céntrica Praia de Japaratinga mantiene un ambiente apacible y sin aglomeraciones, además de buena dotación de bares y restaurantes. Como todas las playas de costa de los corales -como se conoce a esa zona, también apodada como “el Caribe brasileño”- el cambio de las mareas afecta el flujo del agua de mar, que se retrae y se llena de acuerdo a las horas del día.
Desde la playa del centro parten los paseos hacia su atracción más célebre, las piscinas naturales, también conocidas como galés. El traslado en lancha o catamarán insume menos de media hora, y al llegar a las piscinas o galés, los viajeros están liberados de nadar a su antojo, sea con equipo de snorkel o apenas con los ojos bien abiertos para divisar los peces que hacen vida en los corales de la región. Para llegar a Japaratinga lo ideal es desembarcar en el aeropuerto de Maceió, la capital de Alagoas.
RIO DE JANEIRO CONTINÚA LINDA
Sin el calor apabullante que suele reinar en capital carioca, el recorrido se hace más divertido, incluso si las playas están un poco más frías que lo usual. Con temperaturas mínimas de 20ºC, la ciudad muestra su mejor cara.
Sus playas de la zona sur como Copacabana, Ipanema y Leblón están siempre abiertas para el disfrute, con diversas opciones deportivas en su franja costera. Con el Metro, también las playas de Barra de Tijuca (a 20 km de Copacabana) son accesibles en pocos minutos desde Ipanema; desde otras zonas de la ciudad, en combinación con ómnibus y Metro.Otra opción atractiva son las playas de Niteroi, a las que se puede llegar tras un paseo en ferry desde el puerto de Río (Plaza XV, en el Centro), en un viaje de 20 minutos por la Bahía de Guanabara y un costo que no llega a los u$s por persona.
Una visita imperdible en Niteroi es el Museo de Arte Contemporáneo (MAC), con su icónica silueta de “plato volador” que parece suspendida sobre el agua de la bahía. Para la puesta de sol conviene acercarse al Parque da Cidade de Niteroi, con una fascinante vista de Rio y de acceso gratuito.
El teleférico del Pan de Azúcar y el tren al Cristo de Corcovado con clásicos del paseo a Rio, donde vale la pena incluir el polo de atractivos de la zona portuaria con el Museo del Mañana, Museo de Arte de Río y la rueda gigante Yup Star Rio, que garantiza una preciosa vista panorámica de la “Ciudad Maravillosa”.
Cómo llegar: Para llegar desde Chile a Florianópolis, Blumenau, Maceió o Río de Janeiro hay vuelos directos o conexiones con todas las ciudades brasileñas en Sao Paulo, principal hub aéreo de Brasil.
Imágenes: Cortesía de Embratur, Setur y Riotur
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