Más de 40 años de promoción turística internacional, han llevado al Parque Nacional Torres del Paine a posicionarse como un destino turístico prioritario en el cono Sur de América.
Cada año más de 280.000 turistas, la mayoría extranjeros de mercados de larga distancia (Europa y Estados Unidos), visitan lo que se conoce como la Octava Maravilla del Mundo desde el año 2013, categoría alcanzada luego de que recibiera más de cinco millones de votos en el concurso que realizó el sitio Virtual Tourist.
En términos de promoción turística, los organismos gubernamentales y el sector privado han logrado generar una imagen positiva, no sólo de los atractivos naturales evidentes y únicos de esta reserva biológica, sino también de sus condiciones favorables de accesibilidad, infraestructura y calidad de servicios de la planta turística.
En contrasentido de esta campaña de promoción, impulsada año a año por nuestro país en las diferentes ferias de turismo internacional, es que la realidad con la que se encuentran los visitantes al llegar al Parque dista mucho de lo ofrecido en cada uno de los esfuerzos de venta de los operadores de turismo.
La infraestructura vial interna del parque presenta caminos definitivamente intransitables, generando una experiencia de transporte en extremo negativa y peligrosa para los turistas, además de los evidentes daños en la inversión de los transportistas de turismo.
Si revisamos la infraestructura vial asociada al atractivo turístico Torres del Paine, son más de 170 kilómetros de ripio en pésimo estado los que constituyen las rutas Y150 / Y156 y Y290, que son el circuito tradicional que se realiza diariamente en vehículo y permite acceder al parque por Portería Laguna Amarga.
Luego encontramos una red de caminos angostos y sinuosos que unen los diferentes HotSpot de Torres del Paine hasta llegar al Monumento Natural Cueva del Milodón en el camino de regreso a Puerto Natales. En estos caminos con dificultad pasan 2 vehículos cuando se encuentran. Si a esto le sumamos condiciones climáticas adversas y verdaderos cráteres en toda la extensión de la vía, tenemos como resultado un camino de peligro constante. Dato: entre diciembre de 2021 y marzo de 2022 se registraron 17 accidentes vehiculares y 2 fallecidos.
Según lo indicado por Daniel Nova, secretario de la Agrupación de Transportistas de Turismo de Última Esperanza, gremio que agrupa a mas de 50 microempresarios del transporte con mas de 400 vehículos dedicados a la actividad turística, resulta prioritario atender una solución definitiva a este problema, considerando un escenario de saturación del flujo vehicular de las rutas del Parque, si pensamos en que no solo los vehículos de turismo son los que transitan, sino también una creciente demanda de autos arrendados por turistas que no conocen las rutas incrementando la tasa de accidentes a tal punto que en la última temporada, la Agrupación de Transportistas, en su misión diaria de reportar las condiciones de las vías, informó en promedio un accidente o incidente diario en temporada alta.
Los daños de imagen son aún incalculables, si pensamos que mas de 280.000 turistas utilizan los caminos internos del Parque, recibiendo una experiencia negativa. Como ejemplo, una excursión Full Day que debería durar aproximadamente 8 horas, termina siendo de 11 a 12 horas por la demora en transitar sobre los múltiples “eventos”. No es posible explicarle a un pasajeros que paga en promedio US$1500 por alojar en un Hotel 5 estrellas, que debe transitar por este tipo de caminos de acceso.
Cabe destacar que la Agrupación de Transportistas de Turismo de Última Esperanza, lleva algunos años realizando gestiones informativas que relevan este problema, compartiendo la inquietud primero con municipios y luego con el organismo a cargo de la mantención de estos caminos (Vialidad) sin obtener ninguna respuesta de mejora.
Finalmente, resulta incomprensible que un Parque Nacional que contribuye aproximadamente al 40% del presupuesto total del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, a través de su venta de entradas y los ingresos por concesiones, favoreciendo así significativamente la gestión y conservación de todos los parques nacionales, no reciba la inversión suficiente para la mantención y preservación del recurso turístico.