El estado brasileño de Santa Catarina es muy conocido por su capital, Florianopolis, una ciudad-isla que combina un entorno natural exuberante con playas para todos los gustos y uno de los mejores niveles de calidad de vida del país. 
 
Sin embargo, la franja costera que se extiende desde el sur al norte guarda en su recorrido diversas atracciones para quienes viajan en avión hasta Floripa o quienes se animan en auto desde Rio Grande do Sul, el estado vecino, por la BR 101.
 
El litoral catarinense es una franja de unos 250 kilómetros de las que están consideradas las mejores playas del sur de Brasil. De sur a norte están Imbituba (a cuatro horas de Porto Alegre en auto), en una secuencia que sigue con Praia do Rosa, Garopaba, Guarda do Embaú (todas al sur de Florianópolis), y siguiendo el recorrido con la isla de Porto Belo, Bombinhas, Camboriú y Penha, siguiendo hacia el norte.
 
Avistamiento de ballenas
 
Al sur de Florianópolis se encuentra un área de protección ambiental de 154 mil hectáreas que arranca en el Balneario Rincao y se entiende hasta la región de Palhoça, donde entre julio y noviembre se puede avistar a las ballenas francas. Se trata de la época del año en que los cetáceos migran desde la Antártida en busca de aguas más cálidas para parir y amamantar a sus crías.
 

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Ese trecho del litoral catarinense ocupa unos 60 kilómetros y ha sido bautizado como «Ruta de la Ballena Franca», con 30 playas en el recorrido. Las mayores son Laguna, Imbituba y Garopaba. Las tres ciudades tienen puntos clave para el avistaje, que se recomienda en la mañana; en Laguna se pueden avistar (desde la costa, sin necesidad de viajes en barco) además de ballenas a delfines. En Imbituba, la segunda ciudad del recorrido, está el Instituto Australis, que elabora un mapa de avistaje. También desde Praia do Rosa y la Barra de Ibiraquera -reducto de surfistas y windsurfistas- hay una vista privilegiada de las ballenas.

 
Las ballenas francas -llamadas así por su mansedumbre- llegan a medir hasta 18 metros de largo, lo cual facilita su avistamiento, además de los chorros de hasta ocho metros de altura cuando las viajeras expelen aires de sus pulmones.
 
El espectáculo de las ballenas sucede cada año entre julio y noviembre, por lo que empezó la cuenta regresiva de las ballenas francas en Santa Catarina hasta 2020.  Los cetáceos (Eubalaena australis su especie) llegan a medir 17 metros, muy cerca de la zona donde revientan las olas. 
 

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