Otro hito celebrará este año el Ballet de Santiago en su aniversario Nº 65. La compañía dirigida por César Morales volverá al Teatro Municipal de Viña del Mar, los días 17 y 18 de mayo, luego de su reciente reapertura, para presentar el ballet Zorba, el griego de Lorca Massine y que cuenta con la escenografía y vestuario de Jorge Gallardo, la iluminación de Ricardo Castro y la reposición de Cyril de Marval.
“Para el Teatro Municipal de Santiago es significativo volver a este escenario que por muchos años fue muy importante para nuestros cuerpos artísticos: el Ballet de Santiago, la Orquesta Filarmónica de Santiago y el Coro del Municipal de Santiago. Siempre se presentaron frente a un público generoso y entusiasta. Esperamos que este sea sólo el comienzo de una nueva etapa que nos permita soñar con una verdadera y completa temporada del Teatro Municipal de Santiago en este importante escenario viñamarino”, dice Carmen Gloria Larenas, directora general del Teatro Municipal de Santiago.
Además de las presentaciones de Zorba, el griego, el Ballet de Santiago compartirá sus clases diarias, para que los estudiantes de academias y escuelas de danza de la región, conozcan parte de la rutina de un bailarín clásico. Las clases serán realizadas por los maestros de baile de la compañía Andreza Randisek y Cyril de Marval.
“Para el Ballet de Santiago es una gran alegría volver a este escenario, después de tantos años, y más aún con este título que lleva un mensaje de amor y esperanza al público. Además estaremos compartiendo con escuelas y academias de danza en dos clases de ballet, lo que es siempre muy inspirador para toda la compañía”, señala César Morales, director artístico del Ballet de Santiago.
El ballet Zorba, el griego está basado en la oscarizada película homónima que Mikhalis Kakogiannis estrenó en 1964, la cual se inspiró a su vez en la novela Vida y aventuras de Alexis Zorbas, publicada por Nikos Kazantzakis en 1946. Se compone de dos actos y veinte escenas en diversos estilos —clásico, neoclásico y folclórico—, en las que se describe la historia de un amor cruzado por la muerte, así como también la reivindicación de la esperanza a través del baile, en particular del popular sirtaki.
Lorca Massine, su creador, provenía de una familia de artistas: su padre fue coreógrafo de Los Ballets Rusos de Sergei Diaghilev; su abuela, soprano del coro del Teatro Bolshoi; y su abuelo, cornista de la orquesta del mismo escenario. De formación mayoritariamente rusa, imprimió a su cuerpo de trabajo un dinamismo cercano a la danza-teatro y fue colaborador de grandes creadores del siglo XX, entre ellos George Balanchine, Maurice Béjart y su padre, Leonide Massine.
El coreógrafo propuso a Mikis Theodorakis recuperar el universo sonoro que había compuesto para la película y crear una pieza que pusiera de relieve la catarsis colectiva como forma de superar el dolor. Una misión que dio origen a una partitura innovadora por su inclusión de voces, tanto en forma de canto coral como de un solo contralto, para las que utilizó poemas griegos.
Estas funciones del Ballet de Santiago en Viña del Mar son realizadas en el marco del convenio del Teatro Municipal de Santiago con el Ministerio de las Artes, las Culturas y el Patrimonio.