Visitar Río de Janeiro, la ciudad más icónica de Brasil, requiere de varios días, un presupuesto para gastos y buena disposición para enfrentar el calor veraniego que agobia a locales y visitantes. Sin embargo, también ofrece opciones para conocerla sin comprometer el bolsillo, incluso en la temporada alta del Carnaval. 

10– Rua do Ouvidor

Rua do Ouvidor.

En el centro histórico de Río, en la Rua do Ouvidor, un sábado por mes, el turista puede encontrarse con conciertos de samba al aire libre. La calle -un reducto de la bohemia carioca desde el siglo XIX- esta llena de cafés y restaurantes, así que el paseo no tiene desperdicio. Yendo hacia el puerto hay ferias de venta de antigüedades donde ofrecen divertidos tocados para lucir en las comparsas de carnaval. 

 

 

9– Escalera Selarón

Escalera Selarón.

Más que una escalera, es una obra de arte en la cual los turistas siempre quieren fotografiarse. Los 215 peldaños multicolor que la conforman unen a dos de los barrios más tradicionales de Río: Lapa y Santa Teresa. El diseño de cada escalón fue creado por el artista chileno Jorge Salerón en 1990 y, con el paso del tiempo, la escalera ha sido intervenida, de allí que se le considere una obra de arte viva a la cual se puede llegar en el Metro carioca.

 

 

8– Pista Cláudio Coutinho

Pista Cláudio Coutinho.

Se trata de un sendero de dos kilómetros que se inicia al pie del morro da Urca, que se encuentra en el barrio homónimo, a un costado del teleférico del Pão de Açucar. El recorrido se hace en medio de una frondosa vegetación donde es fácil encontrarse con monos titis y otras especies de animales. Más adelante el camino se hace empinado, pero el esfuerzo tiene recompensa, pues al caminar se disfruta de hermosas vistas de las playas, del morro del Corcovado y la playa de Botafogo. 

 

7– Arpoador y Forte de Copacabana

Playa de Arpoador. (Foto Pixabay).

Arpoador es una playa de la zona sur de Río, que comunica a las playas de Ipanema y Copacabana. Punto de encuentro de surfistas (experimentados y principiantes) y de admiradores de la naturaleza, suele ser un mirador para las puestas de sol que los cariocas aplauden como agradecimiento por un día más. Al lado del Arpoador está el Forte de Copacabana, al que vale la pena visitar (la entrada cuesta menos de dos dólares) para regodearse en la linda vista de Copacabana desde sus muros centenarios. 

 

6- Pedra Bonita y su mirador

Pedra Bonita.

En tiempos de Instagram y de búsqueda de la mejor foto, hay que deleitarse con la mejor vista de la ciudad desde Pedra Bonita. Es un paseo ideal para los amantes de las excursiones a pie, que en este caso son 30 minutos de recorrido que se premia con el disfrute del paisaje de algunas zonas de Río. La ruta se inicia en la Estrada de Canoas (São Conrado) a donde se llega fácilmente en metro, bus o taxi. Pedra Bonita forma parte del Parque Nacional Floresta da Tijuca, con casi 4 mil kilómetros de extensión, y considerado el bosque tropical urbano más grande del mundo. 

5- Parque do Flamengo

Parque do Flamengo.

Detrás de la creación de este hermoso parque está un enorme proyecto de ingeniería y arquitectura concebido en los años 50, mediante el cual se le restó espacio al mar para proteger a la ciudad de las inundaciones, al tiempo que se le brindaba de una zona para la recreación al aire libre. Se creó como un parque “viviente”, una suerte de “Central Park” tropical para que los visitantes puedan caminar, pasear en bicicleta y hacer deportes, rodeados de un gran jardín y de la bella Bahía de Guanabara. En sus 120 hectáreas también se encuentra el Museo de Arte Moderno, el Monumento Nacional a los Muertos de la Segunda Guerra Mundial y la Marina da Gloria. 

4- Ferry a Niterói 

Museo de Arte Contemporáneo de Niteroi.

Desde Río de Janeiro son muchos los tours que zarpan para bordear la ciudad o conocer las islas cercanas; uno de ellos es tomar el ferry que llega a la vecina ciudad de Niterói. El recorrido dura 20 minutos y cuesta mas o menos lo mismo que el bus, que viaja a través del puente que une a las dos ciudades y que es el más largo de América Latina. Sin embargo, la opción marina ofrece un agradable paseo para contemplar el morro Pao de Açúcar, el aeropuerto Santos Dumont y la Isla Fiscal. Los ferrys se toman en la Plaza de las Barcas (Plaza XV de Noviembre, centro).

 

3- Lapa y Santa Teresa

Bondi Santa Teresa.

Caminar por esos barrios es una conexión directa  con el pasado colonial de Río. A comienzos del siglo XX, Lapa se consideró el “Montmartre” carioca, y hoy muestra su atrayente decadencia en cafés y restaurantes. Sus muy fotogénicos arcos, un acueducto que data de 1750 y que desde hace años funciona como vía del tranvía (bondinho), une al centro de la ciudad con Santa Teresa. Y aquí, en este barrio, el turista se encontrará con hermosas mansiones y edificios antiguos, mientras camina por sus empinadas calles de piedra.

2-  Carnaval (off Sambódromo)

Carnaval Río, Blocos de enredo.

Disfrutar de los ensayos de las escuelas de samba de cara al Carnaval de 2020 es una experiencia única. Lo ideal es consultar las redes sociales de las diferentes escolas para saber fechas exactas de ensayos, ya que algunos son gratuitos y otros con entrada muy accesible. Igualmente, los blocos o comparsas (unos 500 en toda la ciudad, cuyo calendario también se publica ampliamente en la web y medios) son la opción perfecta para disfrutar del carnaval de calle, que empieza oficialmente el 21 de febrero, pero que toma color de multitudes en los blocos (comparsas) más célebres y con nombres tan singulares como «Cordón de Bola Preta», «Sobaco de Cristo», «Banda de Ipanema» o «Simpatía es casi amor». Los disfraces no son obligatorios, pero forman parte de la diversión.

1- Copacabana, Ipanema, Leblón, Lagoa, Barra de Tijuca…

El imaginario de Brasil lleva el sello de las playas de Río de Janeiro. El recorrido debería iniciarse en Copacabana con sus casi cuatro kilómetros de arena dorada e icónica calzada de azulejos de la Avenida Atlántica; Arpoador, Ipanema, flanqueada en uno de sus extremos por la Lagoa Rodrigo Freitas y con vistas al morro Dois Irmãos, y Leblón, olas fuertes sobre arena blanca en un barrio top de la ciudad. Después, no dejar de conocer Praia Vermelha, muy cerca del morro Pão de Açúcar, Barra de Tijuca (accesible en metro), y disfrutar de la playa, el reducto más democrático de una ciudad de contrastes.

Fotos: Embratur y Riotur