Chile es el tercer país que más turistas envía a Brasil. Sólo en el primer semestre de 2024, 332.728 viajeros chilenos aterrizaron en el país, un 31,68% más que en el mismo período del año pasado (227.317), según datos de Embratur GlobalData prevé que 455.917 viajeros chilenos entrarán en Brasil a finales de este año y muchos lo harán aprovechando el largo feriado de Fiestas Patrias, en septiembre..
En Brasil las tradiciones gastronómicas son tan variadas como su extensa geografía, e incluso ítems tan básicos como el café y el pan pueden tener nombres distintos según el lugar o la ocasión. Los trucos para hacerse entender y probar manjares que -aunque parezcan exóticos- no lo son tanto.
Además, existe una coincidencia de nombre que puede desorientar a los turistas chilenos a la hora del desayuno donde un pan francés no es nuestra clásica marraqueta y por ello estos tips serán de gran ayuda para degustar exitosamente una de las comidas más importantes del día.
Café da Manhã
En Brasil se le dice café da manhã al desayuno, aunque aquel sea un jugo, una tostada o un plato de frutas acompañado con un té. Según los historiadores, el país es un gran productor de café desde las primeras décadas del siglo XIX y a ello se debe la costumbre de asociar a esa infusión con la primera comida del día.
Quienes viajan por turismo o trabajo a cualquier destino brasileño suelen tener incluido un buffet para desayunar en el hotel o la posada donde se alojen; frutas frescas, jugos, panes, pan de queso, lácteos, fiambres, huevos, tortas, entre otros manjares, suelen formar parte del menú mañanero según la calidad del alojamiento.
En muchos de esos buffets incluyen una plancha para preparar tapiocas, unas crepes de harina de mandioca (por ende sin gluten), usuales en desayunos y meriendas en diversas regiones del país, que se comen recién hechas con rellenos salados o dulces y bien vale la pena probar.
Pan francés
En Brasil se consumen cerca de 2,3 millones de toneladas de pan francés por año, y de lejos es la modalidad más demandada entre decenas de variedades de panes que usualmente pueden comprarse en cualquier tienda o panadería. Un pancito francés a la plancha (pão na chapa) con mantequilla, acompañado de un café humeante, es una de las combinaciones clásicas para desayunar o merendar en cualquier casa o panadería brasileña.
El tema es que cuando no hay buffet y hay que pedir o comprar el pan, hay que adaptar el pedido según la región del país, ya que el pancito cambia de nombre, a saber:
Baixada Santista (litoral de São Paulo): média
Brasilia: pão francês
Ceará: carioquinha
Interior de San Pablo (Piracicaba, Ribeirão Preto): filão
Minas Gerais: pão de sal
Pará: careca
Pernambuco: pão francês
Piauí y Manaus: massa grossa
Rio de Janeiro: pão francés o pão de sal
Rio Grande do Sul: cacetinho
Santa Catarina: pão de trigo
São Paulo (capital): pão francês o pãozinho
Sergipe: jacó
Café
Y para quienes la combinación de pan recién horneado y café es irresistible, mejor que tomen nota antes de pedirlo. Brasil es el mayor productor mundial de café y el segundo mayor consumidor después de Estados Unidos; la infusión es un baluarte histórico, económico y cultural del país, pero cada presentación tiene sus códigos:
Americano o carioca: se trata de café liviano, acuoso, con una concentración de unos 25 a 35 ml de café por cada 20 ml de agua.
Coado (colado): es el tradicional café hervido y servido tras pasar por un colador de tela o filtro de papel. Es suave y aromático.
Com leite: puede ser el café filtrado con leche caliente o el expreso con leche evaporada, que resulta en más o menos la misma proporción entre los ingredientes. Tradicionalmente, se toma en el desayuno o la merienda.
Doble: café fuerte, con más cuerpo que un expreso.
Expresso: fuerte, de máquina, cada vez más popular por la proliferación de las cafeteras portátiles y de cápsulas. También se conoce como «café curto», ya que ocupa de 25 a 35 ml de la taza estándar de 50 ml.
Longo: se hace en la máquina de expreso, pero es más aguado.
Media: tradicional en panaderías y bares, es una mezcla de leche con café expreso, más una fina capa de espuma de leche.
Pingado: leche con un toque de café. Muy popular en los bares, panaderías y cervecerías, usualmente servido en vasos largos. La proporción de leche y café es variable según el lugar, por eso, mejor estar atento para obtener la cantidad deseada según el gusto personal.