Un espíritu curioso y muchas ganas de caminar es lo que se necesita para dejarse cautivar por Montevideo, Uruguay, en las próximas vacaciones de verano, pues tiene una interesante oferta de museos, casas de cultura, parques y jardines, que son una sugerente invitación para conocer los espacios del destino.

Calles empedradas, veredas angostas y construcciones antiguas. Los barrios de Montevideo traen consigo una interesante combinación de estilos arquitectónicos. Basta con caminar unos cuantos kilómetros alrededor de su casco viejo, para encontrar una mezcla perfecta de edificaciones antiguas y contemporáneas. Entre ellas, una pausa y a visitar la infinidad de bares y tiendas que se encuentran en el trayecto.

En sus edificios, como el palacio Salvo, ubicado en la plaza Independencia y que es monumento histórico, resaltan elementos como vitrales, herrerías, elaborados trabajos de carpintería y adornos de bronce, líneas y estructuras, que atraen la atención de los turistas.

Al respecto, el catedrático uruguayo, especializado en Arquitectura Patrimonial, William Rey Ashfield, recomienda visitar algunos de los edificios más emblemáticos de la zona:

Edificio Rinaldi. Construcción en que resaltan los dibujos de sus balcones y sus elementos decorativos. Está ubicado frente a la Plaza Independencia y puede ser el punto de partida para recorrer la Avenidfa 18 de julio, vía principal para conocer algunas de las más importantes edificaciones históricas.

Edificio Artigas. Representa la arquitectura neoyorquina. Sus materiales fueron traídos directamente desde Estados Unidos para ensamblarse en la capital del Uruguay. Destacan su fachada de mármol negro y su imponente puerta principal. Sin duda una obra que evoca a los grandes rascacielos de Nueva York, aunque a escala local.

Palacio Díaz. Merece una parada obligada para conocer su galería y elementos decorativos, como el alero. Además, es importante desde el punto de vista histórico, pues abrió sus puertas para festejar el centenario de la Constitución de 1830.

Edificio Proalmar. También vale la pena caminar hacia el malecón y dar un vistazo a las construcciones, pues reflejan una variante del Art Decó, con detalles náuticos. La edificación evoca a los grandes buques, con sus largas líneas horizontales y elementos náuticos, como barandas y ventanas de portillo.

¡Feliz viaje!