Estamos a menos de 35 días para uno de los eventos más importantes del 2020, en especial para el astroturismo. Y es que el próximo lunes 14 de diciembre nuestro país nuevamente será testigo de un eclipse total de sol.
Un magnifico acontecimiento que se podrá ver en el sur de Chile y en particular en las zonas de Biobío, Araucanía y Los Ríos, las que podrán ver distintos fenómenos de un eclipse total debido a que se encuentran en la franja de oscuridad, que abarcará desde Isla Mocha por el norte hasta Panguipulli por el sur.
Esto último es la llamada “umbra” del eclipse, es decir el espacio de total oscuridad, el cual tendrá, en esta ocasión, una extensión de 110 kilómetros.
La totalidad del eclipse en suelo chileno comienza a las 13:03:44 (Temuco).
Un eclipse solar es cuando la Luna pasa entre la Tierra y el Sol, oscureciendo total o parcialmente la imagen y la luz del astro se proyecta en la Tierra. Un eclipse total ocurre cuando el diámetro aparente de la Luna es más grande que el del Sol, bloqueando la luz solar que llega directamente a la superficie de la Tierra.
El astrónomo y Premio Nacional de Ciencias Exactas José Maza entrega más detalles acerca de las zonas del eclipse, en una entrevista a CNN Chile: “Hay un eje (el centro de la umbra) que pasa por el sur del Lago Budi (en Araucanía), después pasa por los poblados de Gorbea, Villarrica, Pucón y debería terminar cerca de la cordillera. No es un lugar específico, es una franja”.
Eclipse solar y culturas ancestrales.
Desde tiempos milenarios, el Sol y la Luna han sido elementos significativos en las culturas ancestrales, ya que al igual que las estrellas, han sido la explicación a los fenómenos naturales que han presenciado. El Sol es considerado como el padre, un héroe místico, el centro que posibilita la existencia de la luz y la germinación. Casi siempre se encuentra acompañado de la Luna, su par femenina, creando un concepto familiar que hace posible la reproducción de la vida.
En la cultura mapuche son Antü y Küyen y para los aymara son Inti y Killa. Si bien para cada pueblo existe una leyenda, encontramos en común que el cielo los ayudaba para organizar las tareas agrícolas y rituales propios.
Como señala la astrónoma Daniela Palma: “La importancia del Sol en la naturaleza siempre fue algo evidente para los pueblos originarios: su potencia, luz y calor les permitía disponer de una serie de conocimientos prácticos que aplicaban en el día a día«..
Para el pueblo aymara, que habitó partes del norte chileno, los eclipses representan un conflicto entre los astros, el Sol y la Luna. Los eclipses solares eran conocidos como “Lupi Nakjanti” o Sol Quemado.
Para las comunidades mapuche quienes precisamente habitan partes de las zonas donde se podrá apreciar el eclipse, la interpretación depende y varía según perspectiva de cada comunidad. Los eclipses solares se conocen como “Lan Antü” o “Lai Antü” y aunque hay coincidencia en que su significado se aproximaría a “muerte del sol”, también son conocidos como “malonji ta antü”, que en español se traduciría como “vinieron a tapar al sol, o ataque al sol”.
Para ellos es un periodo de cambios que inicia un nuevo ciclo. “El Sol y la Luna son elementos que definen el tiempo para los pueblos originarios, por lo que designar la muerte de uno de estos implica que algo se detiene, un cambio de ciclo en la vida del astro. En el contexto de la muerte, es fuerte porque se identifica con un cambio de proceso”, explica la Dra. Elisa Loncón, académica de la Universidad de Santiago en entrevista con la misma Universidad.
Esta cultura ancestral tiene un especial respeto ante estos eventos, ya que el sol representa la forma de entender el tiempo y, la “muerte del sol”, implica cambio de ciclo para el astro. Antiguamente un eclipse total generaba mucho temor, lo que significaba la organización de ceremonias rituales o “nguillatun” por parte de los líderes espirituales llamados “machi”, para restablecer el equilibrio entre la Tierra y Sol.
El historiador, investigador mapuche, Kimche y autor del libro “Tayiñ Mapuche Kimün, Epistemología Mapuche: sabiduría y conocimientos” Juan Ñanculef afirma en una entrevista a Marca Chile que “un gran principio mapuche dice que después de lo negativo viene lo positivo. Los pueblos indígenas celebraban cuando salía el sol y el augurio era que se venía buen tiempo”
De este modo, con el pasar de los años y las nuevas miradas a la cosmovisión mapuche, las comunidades no sólo le atribuyen este significado espiritual al eclipse, sino que comprenden que es un evento único en su tipo, que le entrega a la zona una tremenda oportunidad de dar a conocer su cultura y generar instancias únicas con el resto de Chile y el mundo.
Eclipses y astroturismo
La privilegiada y única geografía de nuestro país nos ha otorgado los cielos más limpios de planeta, con más de 290 días despejados y con condiciones ambientales prácticamente libres de contaminación lumínica, motivo por el que hace más de 60 años, se ha escogido a Chile para la instalación de los observatorios con los más altos avances tecnológicos. Por estas razones, se le ha entregado a Chile un enfoque estratégico diferenciador para desarrollar el turismo astronómico o astroturismo.
Pablo Álvarez, director de “Verde”, consultora a cargo de ejecutar astroturismo en Chile, en entrevista para el Planetario, explica que nuestro país apuesta por un liderazgo a largo plazo en esta área, con el objetivo de convertirse en un destino internacional destacado en astroturismo.
Pero ¿Qué es el astroturismo? Son todas las actividades recreativas y/o educativas que se desarrollan en torno a los fenómenos astronómicos y las maneras de comprenderlos. En nuestro país las experiencias astroturismo se pueden encontrar desde visitas diarias a los observatorios científicos internacionales, excursiones al aire libre para observar el cielo nocturno a “ojo desnudo” o con tecnología; hoteles y restaurantes tematizados, cursos de astronomía y astrofotografía, visitas a centros turísticos como observatorios, a museos y planetarios.
La temporada de eclipses, que impulsa enormemente al astroturismo, se inició en julio del 2019 a 450 kilómetros de Santiago, en las regiones de Atacama y Coquimbo. Ambas zonas son reconocidas por sus grandes telescopios internacionales, ubicados en las cúspides de sus cerros y que, hace 427 años, no presenciaba un eclipse total de sol.
El astrónomo chileno Mario Hamuy comentó acerca de este fenómeno en entrevista a T13: “Esto es probablemente el fenómeno astronómico popular más importante de los últimos años y que va a ocurrir en tierras diaguitas. Es una oportunidad para ver un fenómeno que nos regala la naturaleza y los coquimbanos y serenenses verán que esta sombra de la Luna pasará sobre sus casas. El próximo fenómeno de este tipo en la región ocurrirá en el año 2075”.
En relación con el próximo eclipse en la Araucanía Hamuy, en entrevista al Diario La Tercera, explicó que “Para los astrónomos esta es una gran oportunidad para acercar la ciencia a la ciudadanía y relevar el conocimiento cosmológico de nuestros pueblos ancestrales”.
Lo secunda José Maza quien concluye que “el eclipse total de Villarrica y Pucón tendrá una duración de dos minutos y nueve segundos, siendo el último acontecimiento de este tipo, ya que entre los años 2021 y 2040 no se prevé otro eclipse total de sol en nuestro país”.
Un imperdible para la comunidad científica y para todos los seguidores del astroturismo, que será precedido por la lluvia de estrellas de Gemínidas, que ocurrirá las noches de los días 12 y 13 de diciembre, dando inicio a una fascinante jornada de eventos astronómicos.
Fuente: Chile Travel – Sernatur
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