Por Francisco Ramírez (*)

 I.

Estuve ahí. No me lo contaron. Lo vi y lo viví.

Nicanor Parra… y Neruda. Y Mistral. Y Huidobro. Y Rojas. “Todos juntos” viajando cómodamente en el metro de Moscú. Y con “pasaje gratuito” por un año. ¡Difícil de creer! ¡Pero cierto! Ni la más loca fantasía tecnológica lo hubiese logrado. ¿Y cómo se hizo? Muy sencillo: combinando palabra e imagen de una manera tan simple como eficaz: textos de los autores, acompañados de sus retratos, dispuestos en los vagones de un tren del Metro moscovita, iluminando a diario las jornadas de los (sorprendidos) viajeros. Una suerte de “acción de arte”, casi un antipoema por lo singular e imprevisible del caso.

Nos “transportamos” a 2010. ¿El lugar de los hechos? Moscú, capital de la actual Federación de Rusia, país surgido de aquella “aldea más grande del mundo” –como la llamó Gabriel García Márquez– que hasta fines del siglo XX fue la URSS. “Aldea” hasta cierto punto, pues disputó, codo a codo, la supremacía del planeta con EE.UU. durante toda la Guerra Fría. Aunque, efectivamente, sí era –y es- la nación con el territorio más extenso del planeta. Pero ese ya es otro tema.

Por aquel entonces, quien esto escribe vivía en la capital rusa, trabajando en la naciente primera cadena de TV rusa en nuestra lengua “RT en español”, hoy conocida en toda Hispanoamérica. Un día, vía correo electrónico –como reciente miembro de la comunidad chilena en Rusia-, recibí una convocatoria/invitación por parte de la Embajada de Chile. “Algo” se haría en el Metro. No lo dudé dos veces…

II.-

Moscú, Rusia.

17 de noviembre de 2010. Los usuarios de la línea “Filyovskaya” del gigantesco –sí que es “gigantesco”: la capital rusa tiene más habitantes que todo Chile- Metro moscovita se encuentran con una sorpresa: el tren al que ingresan está decorado no con las usuales publicidades sin fin ni recato, si no que con cuadros con fotos, biografías y fragmentos de cinco poetas chilenos. Y un detalle: en ruso… y español.

El decorado no es menor: el Metro de Moscú es considerado universalmente como uno de los más bellos del planeta y muchas de sus estaciones son virtualmente “galerías de arte”. En la era soviética se les conocía con un nombre bastante revelador: los “Palacios del Pueblo”.

Entre aquellos cinco autores de nuestra poesía estaba Nicanor Parra –a quien la Presidenta Bachelet calificó tan justamente en Twitter como “uno de los más grandes autores de la historia de nuestra literatura y una voz singular en la cultura occidental”-.

Igualmente, en su travesía le acompañaban los premios Nobel, Pablo Neruda y Gabriela Mistral, además de Vicente Huidobro y Gonzalo Rojas. ¿Versos en español en el Metro de la capital rusa? ¿A qué obedecía esto? Simple: la dirección del tren subterráneo había decidido hacer un homenaje a la Literatura Hispanoamericana y la primera intervención en esta lengua extranjera en la historia de este medio de transporte… fue con estos cinco gigantes de nuestra Literatura.  (Al año siguiente, el turno fue para García Márquez).

Durante la inauguración en la estación Mezhdunaródnaya, el subdirector del Metro, Ígor Ermolenko, explicó que la iniciativa tenía como objetivo “permitir a los moscovitas conocer la poesía chilena en el marco de la cultura universal”.

Por su parte, el por entonces embajador chileno en Moscú, Juan Eduardo Eguiguren, correspondió a los dichos de su interlocutor, planteando que “una de las más bellas cosas que tiene nuestro país recorrerá uno de los metros más bellos del mundo: el moscovita”.

De esa manera, hubo Poesía chilena por un año en el Metro de la principal urbe rusa.

Y Nicanor Parra estuvo entre aquellos que –una vez más- dejaron bien parado el nombre de nuestro país.

 no se extrañen

si me ven simultáneamente

en dos ciudades distintas

oyendo misa en una capilla del Kremlin

o comiéndome un hot-dog

en un aeropuerto de Nueva York

 

 en ambos casos soy exactamente el mismo

aunque no lo parezca soy el mismo

Escribió cierta vez el antipoeta en uno de sus textos.

Ahora, tras partir a los 103 años, creo que es una buena manera de imaginarlo: moviéndose vertiginosamente por todo el mundo… y “simultáneamente”, tal como lo hará en las páginas de los diarios de los cinco continentes.

O, quizás, viajando rumbo al más allá en un vagón de Metro, con sus versos traducidos al alfabeto cirílico y siempre mirándonos con esos ojos socarrones, críticos, aunque todo el tiempo entrañables de “Gran Abuelo” de la cultura chilena.

¡Hasta siempre, Nicanor Parra!

(*) Francisco Ramírez. @Framirez1976 Periodista y escritor. Autor del libro Apuntes de un chileno en Rusia” (Biblioteca Pública Digital), escrito tras su experiencia de residir y trabajar en Moscú, Rusia, durante esta década. En ese período, realizó diversos viajes a países de Europa, Asia y África. Recientemente fue premiado en la Línea de Creación de los “Fondos del Libro 2018” del CNCA por un proyecto de volumen de cuentos.