Emiliana del Carmen Marihuan Ancanao, de 35 años, madre de tres niñas, es, además, una destacada empresaria de la Región del Biobío. En su comuna, Alto Biobío, con mucho esfuerzo y dedicación supo materializar uno de sus sueños: el restaurante Bill Iyal Inche Tan Mapu, que traducido del mapudungún al español significa sabores de mi tierra, el cual se especializa en la comida tradicional de su cultura pewenche.
Como casi en todo emprendimiento, la idea de llevar adelante este negocio surgió desde la necesidad de contribuir con los gastos de su hogar. “En la comuna de Alto Biobío, las oportunidades laborales son escasas, por lo que consideré necesario generar mi propia fuente de trabajo desde el emprendimiento”, explica Emiliana, ganadora de la octava versión del concurso Mujer Empresaria Turística, iniciativa conjunta entre el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, Sernatur y BancoEstado.
Sin embargo, una de las principales motivaciones para emprender fue que Emiliana vio en su territorio “el gran desafío de poner en valor los rasgos de mi cultura y conservar oficios tradicionales con identidad pewenche. Con mi emprendimiento, puedo dar a conocer los productos locales y mostrar a los turistas la alimentación y la cultura de mi comunidad”.
La propuesta de Bill Iyal Inche Tan Mapu es entregar a los turistas que llegan hasta Alto Biobío la experiencia de la gastronomía local usando productos del territorio. Así es como piñones, digüeñes, castañas y otros frutos son la base de las recetas de los tradicionales platos que destacan una cocina con una fuerte identidad. El restaurante también ofrece productos innovadores a partir de esta deliciosa materia prima que se da en la zona, tales como el café de castañas y el café de piñón, la especialidad de la casa. Esenciales son también las papas con mote o preparaciones con salmón de río y los ricos postres con frutas de la estación.
Una de las características notables del restaurante es el cuidado por el medio ambiente que Emiliana Marihuan Ancanao ha desarrollado en el tiempo que tiene su negocio. Ya son casi tres años. Una de estas medidas es el manejo de residuos. “Separo las cáscaras, los cuescos y otros tipos de basura orgánica para mezclarlos después con abono de mis ovejas. Este abono es utilizado en mi huerta orgánica, desde donde obtengo hierbas y verduras para el consumo de mi hogar”, revela.
Pero la sustentabilidad turística también apunta a los ámbitos social y económico, como la generación de empleos en la comunidad cercana al emprendimiento. La empresaria resalta el hecho de que los productos locales –digüeñes, changles, piñones, castañas, avellanas, chivos, chanchos– provengan de recolectores y ganaderos de Alto Biobío. Con orgullo cuenta que “la mayoría de los productos adquiridos vienen de personas de comunidades pewenches de Alto Biobío, como El Barco, Ralco Lepoy y Cauñicú. Estas personas se dedican a la recolección, la agricultura y la ganadería”.
Otro ejemplo de esto es que el restaurante de Emiliana se ha preocupado de capacitar a alumnas de la carrera de gastronomía del Liceo Politécnico de Alto Biobío. “En mi restaurante –dice–, las alumnas adquieren experiencia en servicio al cliente, perfeccionan procesos de producción y aprenden recetas tradicionales”.
La situación laboral en Alto Biobío es a veces muy precaria e inestable. Emiliana siente que su negocio aporta con su grano de arena a desarrollar la economía, pues aumenta la demanda en el sector y acerca los productos locales a quienes llegan de vacaciones hasta esta lejana comuna en la Región del Biobío. La empresaria sabe que “contribuir con el desarrollo del turismo permite que más personas visiten la comuna y que, a través de mi negocio, se den a conocer los productos locales, convirtiendo a los turistas en potenciales clientes para mis proveedores”.
El valor de lo ancestral
Para Emiliana del Carmen, “es necesario que las personas que se involucren en la generación de mis productos tengan el conocimiento y el respeto por la cultura mapuche-pewenche”. Y en este sentido, el rol femenino es relevante: “Las mujeres poseemos un conocimiento ancestral respecto al oficio de la cocina. Las mujeres siempre hemos sido quienes nos encargamos de esta labor y por generaciones hemos trasmitido este conocimiento que ahora forma parte de nuestra cultura”.
Emiliana del Carmen Marihuan Ancanao cree en el legado que puede dejar a las demás mujeres que aún no se atreven a dar el paso definitivo y encontrar la dependencia económica. Para ella, “es importante que las mujeres compartamos este conocimiento y lo mantengamos vivo, porque es nuestra identidad cultural. Me gustaría que muchas mujeres emprendieran como lo he hecho yo, que a través de la gastronomía puedo mostrar al mundo mi herencia ancestral pewenche”.
Consciente de que el camino para llegar al éxito no siempre es fácil, la ganadora del primer lugar de Mujer Empresaria Turística 2017 anima a las mujeres a intentarlo porque sí se puede: “Si bien comenzar un negocio es difícil, porque no existen el tiempo, ni los recursos, ni las fuerzas, yo motivo a las mujeres a emprender. El aporte que podemos hacer a nuestras familias, a nuestra cultura y a nosotras mismas es invaluable, no solo por la independencia que nos da, sino porque también nos valora como mujeres con un rol importante en nuestra sociedad”.
Fuente: Sernatur