Ante la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado, expuso este mediodía la vicepresidenta ejecutiva de Fedetur, Helen Kouyoumdjian, para plantear la postura del sector turismo frente al proyecto de ley que busca reducir la jornada laboral a 40 horas.
En la sesión, la representante gremial partió contextualizando la realidad actual del rubro en que se da la discusión de este proyecto de ley, enfatizando que se trata de una actividad que aún se mantiene en crisis tras dos años y medio de pandemia, lo que se refleja en que aún falta por recuperar 74 mil empleos de los 655 mil que generaba el turismo previo a la llegada del Covid 19 a Chile.
En esa línea, Helen Kouyoumdjian destacó la composición de empleos en el sector, marcado por la fuerte presencia de mujeres y jóvenes, como parte de una industria que aportaba 9 mil millones de dólares anuales a la economía nacional antes de la pandemia.
Fedetur reconoció la importancia de desarrollar un debate en torno a la iniciativa de las 40 horas, aun cuando se da en un momento complejo para la industria. Uno de los puntos centrales que remarcó Kouyoumdjian durante su presentación fue que la propuesta requiere ir acompañada de adaptabilidad laboral para el turismo que se haga cargo de las particularidades del régimen de trabajo que se da en el sector, indicando que se trata una actividad que funciona cuando la mayoría descansa.
Al respecto, uno de los puntos que planteó la vicepresidenta ejecutiva de Fedetur fue que esa adaptabilidad laboral debía incluir a todos los subsectores de la industria, y que era importante que contemplara establecer jornadas de trabajo con distribución en base a promedio de horas, como lo hacen muchos otros países, que promedian la jornada semanal de forma mensual, e incluso países que lo hacen promediando cada cuatro meses.
Kouyoumdjian llamó a contemplar el concepto de adaptabilidad presente en el proyecto original, que definía jornada semanal de 40 horas que se pueda promediar en períodos bimensuales o trimestrales, por ejemplo, permitiendo trabajar 4 semanas 60 horas y 4 semanas 20 horas, con restricción de no más de 10 horas diarias. La representante gremial también pidió revisar la situación del trabajo los días domingo, atendiendo las particularidades del rubro.
La representante de Fedetur expuso también la importancia de que exista una distribución flexible de las jornadas, considerando que la temporada alta del turismo se da principalmente entre octubre y abril, si bien hay subsectores, como el turismo corporativo, que tiene una mayor demanda entre marzo y mayo, y octubre y noviembre, y el turismo interno en enero, febrero, julio y septiembre, períodos donde se podría permitir intensificar la jornada laboral, mientras que en las etapas de temporada baja aumenten los días de descanso, de manera que el turismo pueda abordar satisfactoriamente los meses de mayor demanda.
Helen Kouyoumdjian manifestó la relevancia de que se terminen las restricciones que aún se mantienen vigentes, y que afectan particularmente al turismo, como los límites de aforo, el pase de movilidad y el PCR aleatorio en el aeropuerto para el ingreso al país, ya que esa será la manera en que la industria se ponga de pie y pueda comenzar a recuperarse y pagar las deudas contraídas durante la pandemia.