Con el objetivo de fomentar el interés por el Reino Fungi, la Fundación Sendero de Chile está ejecutando el proyecto “Ruta del Hongo”, que se expresa bajo dos modalidades: una muestra museográfica y un recorrido por distintos senderos pedestres del Parque Metropolitano, el que contará con el apoyo de una guía para celulares.
La muestra museográfica incluye los hallazgos de funga realizados durante el otoño e invierno pasados, y analizados posteriormente en laboratorio, por dos estudiosas de este sorprendente mundo que recorrieron diariamente la Ruta.
La muestra estará abierta en forma gratuita al público en el Vivero Cumbre, ubicado en la Plaza México, a pasos de los terminales de minibuses y el teleférico, los sábado y domingo, durante tres meses en total. Bajo la modalidad de visitas guiadas, contará con la presencia de las propias investigadoras, asumiendo un formato multimedia.
Asimismo, se editará una guía para celulares para la interpretación del recorrido, que recoge el relato de tres estudiosas: las dos investigadoras de hongos y una tercera, aficionada a la historia y la geografía. La guía busca conectar al senderista con amenas historias de la transformación del cerro y su entorno, así como con los rincones donde se manifiestan las distintas formas de hongos y líquenes que emergen en torno al camino. El relato persigue revelar datos sorprendentes de este reino, mensajes significativos y dejar preguntas abiertas para estimular la reflexión.
Esta iniciativa ha sido desarrollada en el marco del Concurso Ciencia Pública de Espacios Públicos Regionales del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación y cuenta con la asociación estratégica de la Fundación Fungi, el Museo del Hongo y la huerta Bellavista, iniciativa impulsada por la Junta de Vecinos Mario Baeza, de Providencia.
La ministra de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Silvia Díaz, manifiesta que “los proyectos asociados a los Concursos Ciencia Pública, del Ministerio de Ciencia, se caracterizan por generar espacios y experiencias en los que ocurra una interacción entre las personas y el conocimiento. Promueven interacciones horizontales y fomentan la interdisciplinariedad, incluyendo ciencias naturales y exactas, ciencias sociales e investigación en artes y humanidades y eso es lo que más nos gusta, porque desde su origen proponen espacios de divulgación y ofrecen la posibilidad de inspirar, comparar o reinterpretar las conclusiones de otros estudios”.
La Ruta del Hongo es un recorrido por distintos senderos pedestres del Parque Metropolitano, que une las entradas de Pedro de Valdivia Norte y Pío Nono, de cinco kilómetros de longitud. El recorrido evita los caminos asfaltados, combinando ambientes de jardín, bosque y matorral.
La ruta recorre los principales atractivos del cerro y se detiene en dos notables miradores de Santiago y sus cordilleras. Un panorama ideal para una media jornada de senderismo y contacto con la naturaleza en la ciudad.
Con respecto a esta conexión entre humano y entorno, la subsecretaria del Ministerio de Ciencia, Carolina Gainza, agrega: “Los proyectos de Espacios Públicos buscan promocionar el desarrollo y la implementación de lugares que permitan divulgación y al mismo tiempo socialización de la Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI). Estas experiencias deben vincularse con el territorio a través de experiencias memorables y eso es lo más importante para este Ministerio porque se trata de problemas locales y propios».
Una nueva forma de senderismo
Con esta experiencia pionera en su tipo, se pretende incentivar una modalidad de senderismo nueva en Chile, que incorpora el avistamiento y la conexión con hongos y líquenes como un valor agregado en la calidad de la experiencia del visitante. Y de paso se sienta un precedente para replicar este tipo de iniciativas en otros senderos del país, siendo el cerro San Cristóbal el punto de partida ideal para proyectar esta posibilidad.
Sebastián Infante, director ejecutivo de la Fundación Sendero de Chile, explica que “lo que buscamos es comprender la complejidad y singularidad de nuestro ecosistema en medio de la ciudad; promover el encuentro responsable entre los ciudadanos y su hábitat y preguntarnos: ¿Qué tesoros de la naturaleza se esconden y prevalecen en medio de la contaminación del aire y el ruido de la ciudad? También es combinar la actividad física con la adquisición de conocimientos y valores, a través de una experiencia memorable como la que proyectamos con este diseño de la Ruta del Hongo, trazada en un espacio público de alta circulación, en continua transformación y de naturaleza tan singular. Ojalá sirva también como insumo para el despegue de la educación ambiental al aire libre, el ecoturismo y el turismo científico en el San Cristóbal”.