Ginebra.– La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, por sus siglas en inglés) saluda la publicación de la guía Manual on Testing and Cross Border Risk Management Measures de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), documento que proporciona a los gobiernos una herramienta de asesoramiento basado en el riesgo para usar programas de pruebas COVID-19 con el fin de eliminar las medidas de cuarentena.
Esta guía es un instrumento crucial, resultado del Arreglo de colaboración para la Prevención y la Gestión de Sucesos de Salud Pública en la Aviación Civil (CAPSCA, por sus siglas en inglés) de la OACI, que reúne la experiencia de los Estados, las autoridades de salud pública —Organización Mundial de la Salud (OMS), Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades— y los expertos de la industria (IATA, Airports Council International, International Coordinating Council of Aerospace Industries Associations).
Este avance alentador se produce tras los comentarios recientes del presidente del Comité de Emergencia del Reglamento Sanitario Internacional de la OMS, el Dr. Didier Houssin, en los que anticipa el papel determinante de las pruebas COVID-19 en el reinicio de los viajes internacionales y sin medidas de cuarentena. Tras la reunión del Comité de Emergencia de la OMS, el 30 de octubre de 2020, señaló “la creciente importancia de las pruebas de detección, frente a las medidas de cuarentena, que sin duda facilitará las cosas tras los esfuerzos que vienen realizando tanto aerolíneas como aeropuertos”.
“Este impulso surge en apoyo a nuestro llamamiento a la realización de pruebas sistemáticas para la reapertura segura de fronteras y sin medidas de cuarentena. La OACI, en colaboración con las autoridades sanitarias y la industria, ha elaborado un marco de alto nivel. Las autoridades sanitarias están investigando la posibilidad de que las pruebas puedan reemplazar las medidas de cuarentena para detener la propagación transfronteriza del virus. Los resultados alentadores de las pruebas de los programas piloto deberían dar a los gobiernos la confianza para acelerar el avance”, dijo Alexandre de Juniac, director general y CEO de IATA.
Pruebas: eficacia y resultados
Los programas piloto para las pruebas de COVID-19 en viajeros están arrojando resultados alentadores que demuestran su eficacia. Un estudio sobre pasajeros con destino a Toronto evaluó a los pasajeros tres veces: a su llegada, el día 7 y el día 14. El uno por ciento de los pasajeros dio positivo durante ese período, siendo el 70% detectados en el primer test. En otras palabras, los resultados del estudio podrían indicar la posibilidad de que aproximadamente 60 de cada 20.000 viajeros pasen sin ser detectados como casos positivos a su llegada, lo que es significativamente más bajo que la prevalencia subyacente en Canadá.
Un programa de pruebas COVID-19 realizado antes de viajar en la ruta Milán/Linate-Roma/Fiumicino detectó alrededor de un 0,8% de los pasajeros con COVID-19, un nivel de incidencia considerablemente más alto que los datos de prevalencia de COVID-19 en Italia en ese momento, por lo que se puede concluir que las pruebas no solo fueron altamente efectivas para identificar a los viajeros infectados, sino que las pruebas sistemáticas son la mejor manera de detectar casos asintomáticos y evitar, así, cadenas de transmisión.
Un estudio europeo que se publicará próximamente muestra aún un mayor optimismo. En este estudio se han diseñado escenarios para un programa de pruebas altamente efectivo. En un escenario de baja prevalencia, podrían existir tan solo 5 casos positivos no detectados por cada 20.000 viajeros, frente a los 25 en situaciones de alta prevalencia. Estos niveles de incidencia siguen siendo muy inferiores respecto a la prevalencia subyacente de COVID-19 en Europa.
IATA simuló los resultados de las pruebas para cuantificar el riesgo residual en el supuesto de aplicarse pruebas sistemáticas previas al viaje. Suponiendo que la prueba identifica correctamente al 75% de los casos positivos (efectividad del test) de una población cuyo origen tiene una prevalencia del 0,8% (p. ej., como en Chile), el riesgo es de un 0,06% de pasajeros positivos que pasarían desapercibidos. Eso significa 12 casos positivos no detectados por cada 20.000 pasajeros que llegan a su destino.
Todos estos estudios apuntan a la efectividad de las pruebas para limitar la propagación del COVID-19 a través de los viajes aéreos. “Los datos muestran que las pruebas sistemáticas pueden reducir el riesgo de importar el COVID-19 a través de los viajes, si bien no a cero, sí a niveles muy bajos. Esto quiere decir que, en la mayoría de los casos, el número de pasajeros probablemente infectados es menor que los casos positivos de la población local y, por lo tanto, los pasajeros no aumentan significativamente la prevalencia de COVID-19 en la mayoría de los lugares. Y la eficacia seguirá aumentando. Cada día somos testigos de nuevos avances en tecnología que mejorarán la eficacia de las pruebas”, dijo De Juniac.
IATA promueve que se acelere el avance y el enfoque en la gestión de riesgos. “Debemos centrarnos en la gestión del riesgo durante la pandemia y en mantener el bienestar general de la población. Eso implica un cambio de las políticas gubernamentales actuales, totalmente centradas en la eliminación de riesgos hasta que haya una vacuna disponible y a cualquier coste tanto en la calidad de vida como en el medio de subsistencia de las personas», planteó De Juniac.
Agregó que «a pesar de las noticias alentadoras más recientes, tendremos que esperar hasta bien entrado 2021 antes de poder contar con una producción de vacunas a gran escala. Mientras tanto, negar a las personas la libertad de moverse provocará un daño irreparable en el empleo y en nuestro modo de vida. Las estrategias con test basados en el riesgo brindan una oportunidad para una reactivación económica segura gracias a los beneficios de un mundo reconectado. Los gobiernos pueden reducir aún más el riesgo invirtiendo en programas efectivos de rastreo de contactos y monitorización de la salud para aislar rápidamente cualquier posible caso de transmisión. E incluso podría haber beneficios en el control de la enfermedad mediante pruebas a gran escala en viajeros que no presentan síntomas”.
Los grandes avances tecnológicos en las pruebas ayudarán a los gobiernos a aplicar pruebas a los viajeros sin comprometer la disponibilidad de las que necesita el sector sanitario, en particular las pruebas de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR, por sus siglas en inglés). Para que las pruebas se incorporen al proceso de viaje, deben ser rápidas, precisas, escalables, fáciles de usar y asequibles. Si bien IATA no recomienda un tipo de prueba específica, la precisión de los resultados del laboratorio de las pruebas rápidas de antígeno (RAT, por sus siglas en inglés) cumple con los criterios antes mencionados. El estudio de Oxford/Public Health England indica una especificidad del 99,6% y una sensibilidad muy alta para la RAT.
Funcionalidad
Los viajeros apoyan las pruebas sistemáticas. Una encuesta de IATA reveló que el 83% de las personas no viajarían si tuvieran que cumplir un periodo de cuarentena. También mostró que alrededor del 88% de los viajeros estarían dispuestos a hacerse la prueba si se les permitiera viajar. La misma encuesta también reveló que el 65% cree que la cuarentena no debería ser necesaria ante un resultado negativo del test. “La opinión pública apoya las pruebas de COVID-19, que ven como una opción más eficiente frente a la cuarentena —una medida que solo puede acabar con los viajes—, y se sienten tranquilos sabiendo que, si se realizan la prueba y el resultado es negativo, no tendrán que cumplir cuarentena”, manifestó De Juniac.
Se necesitan estándares globales para transformar los numerosos programas piloto de pruebas y «burbujas» en una reactivación global de los vuelos internacionales.
Para apoyar esta iniciativa, IATA está desarrollando:
- Una guía práctica de implantación de la Guía de actuación para la gestión de los test y otras medidas de riesgos transfronterizos
- El Travel Pass, de IATA, para gestionar y administrar los certificados de las pruebas COVID-19, una de las varias soluciones que se están desarrollando para la administración de estos certificados. IATA saluda la evolución de un mercado competitivo dedicado a la búsqueda de soluciones que deben ser rentables, globales, precisas e interoperables.
Celeridad
IATA insta a los gobiernos a que tomen medidas rápidas en colaboración con la industria para la implementación de un enfoque armonizado global para la aplicación sistemática de pruebas de COVID-19 en el proceso de viaje.
Los viajes siguen prácticamente interrumpidos. Cada día que pasa, aumenta la amenaza para el empleo y hace más difícil el camino hacia la recuperación.
La implantación de un enfoque armonizado global basado en la aplicación de pruebas sistemáticas para los viajes internacionales complementaría las medidas actuales —ya consolidadas— para mantener la seguridad de los viajeros. En junio pasado, la OACI publicó la guía Take-off: Guidance for Air Travel through the COVID-19 Public Health Crisis (Despegue), en la que se pide a los gobiernos que implementen un enfoque basado en la aplicación de diferentes medidas sanitarias durante todo el proceso de viaje. El uso de mascarillas es especialmente crítico, según esta guía, como muestran los estudios publicados recientemente sobre los viajes aéreos y el COVID-19, que coinciden en el riesgo muy bajo de transmisión en vuelo (Harvard, TRANSCOM).
“La seguridad está en el corazón de la aviación. Esta crisis no ha hecho sino reforzar este compromiso. Los gobiernos, las autoridades de salud pública y todos los socios de la aviación están realizando un gran esfuerzo para garantizar operaciones seguras incluso durante esta pandemia. Despegue, de la OACI, compila un conjunto de medidas prácticas para ofrecer un entorno de salud pública seguro, desde la llegada al aeropuerto hasta el destino. Y los grandes avances en las pruebas, entre los que se encuentra la guía de la OACI, es lo que necesitamos para abrir las fronteras y minimizar el riesgo de importación del COVID-19”, dijo De Juniac.