Al interior del Parque Nacional Patagonia, en la Región de Aysén, se celebró la inauguración de la Casa Museo Lucas Bridges, estructura que cuenta con aproximadamente 100 años de historia. Hasta la ceremonia de inauguración llegaron Patricio Ulloa, alcalde Cochrane; Abby Goodall, sobrina bisnieta de Lucas Bridges; Patricio Bastías, director regional Sernatur Aysén; Alex Perry, gerente Patagonia inc para Latinoamérica; Kristine Tompkins, presidenta de Tompkins Conservation, y Carolina Morgado, directora ejecutiva de Tompkins Conservation Chile.
La reconstrucción de la casa estuvo a cargo del arquitecto Francisco Morandé y la ambientación y decoración a cargo de la diseñadora Teresa Varas, quien en dos años de arduo estudio, y con el apoyo de la historiadora Danka Ivanoff logró dar el ambiente de época a la casa de Lucas Bridges.
“Visité varias veces la casa, su entorno y otros lugares como estancias, además de mirar fotografías originales facilitadas por Danka Ivanoff, algo que complementé con visitas a algunos museos de modo de realizar un preciso catastro y encontrar aquellas cosas necesarias para crear espacios que tuviesen el aspecto exacto de la época…Fue además de mucha importancia la ayuda de María Edwards, buscadora de objetos de la época y también de Soledad Undurraga, arquitecta con experiencia en el museo Colonos del Baker”, manifestó Varas.
La Casa Museo Lucas Bridges fue inaugurada por la presidenta de Tompkins Conservation, Kristine McDivitt Tompkins, quien destacó: “Gracias a la generosa donación de Patagonia Inc. este museo sacará a la luz los increíbles desafíos que este remoto rincón del mundo presentó a principios del siglo XX, y la valentía de aquellos que decidieron aventurarse en este lugar”.
Al respecto, el director ejecutivo de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), José Manuel Rebolledo, junto con destacar la integración de 22 nuevos guardaparques desde que se tomó la administración de este parque nacional, resalta la importancia de este museo que “viene a recordar una historia sobre Valle Chacabuco que fue parte importante de la colonización de estos territorios, donde gran parte de esa historia está vinculada directamente con la comunidad de Cochrane. Además, nos recuerda el gran patrimonio natural y cultural que albergan los parques nacionales y que debemos proteger, incorporando a las comunidades a la gestión para que se sientan parte de este patrimonio que pertenece a todos los chilenos”.
La Casa Museo Lucas Bridges ofrece una visita autoguiada a sus visitantes, quienes además de contar con la oportunidad de contemplar la arquitectura y estética de la época, podrán conocer más acerca la historia y estilo de vida de este periodo, por medio de paneles informativos habilitados en las distintas secciones del lugar.
Lucas Bridges y sus pasos en la estancia
Lucas Bridges, hijo de colonos británicos, creció en Tierra del Fuego y llegó precisamente al Valle de Chacabuco impulsado por la industria ovejera que en 1920 se establecía en la zona. Fue en 1922 cuando decide hacerse cargo de la administración de la Estancia Río Baker, donde contó con variados problemas ya que este lluvioso, frío y desolado sector aún se encontraba en un estado salvaje y no contaba con comunicación y muchas veces sin siquiera servicios básicos. A pesar de los múltiples problemas propios de la zona, Lucas Bridges destacó en sus memorias la fiel y comprometida labor de los “chilotes” que trabajan junto a él.
El legado tras la administración de la estancia, no sólo consideró un desarrollo obrero importante sino también un gran avance en cuanto a desarrollo arquitectónico, lo que contempló el levantamiento de grandes obras como los puentes sobre los ríos Ñadis, El Salto, Cochrane y Chacabuco, además de caminos e incluso una escuela que posteriormente sirvió como centro de reunión, desde donde se desarrollaría el llamado “Pueblo Nuevo”, “pueblo” que daría lugar a la ciudad de Cochrane. Lucas Bridges fue socio y administrador de la sociedad durante 28 años y fue reconocido en la zona como pionero y colonizador y declarado por algunos como “El señor del Baker”.
En su juventud fue, además, uno de los únicos colonos que pudo compartir junto a las culturas Yámanas, Selknam y Haush, historia que luego dejaría plasmada en su libro “El último confín de la tierra”, donde describe sus experiencias entre estos pueblos originarios que se extinguieron en el siglo 20 por las epidemias traídas desde Europa, así como también por los conflictos con los recién llegados. Entre ellos, existe aún una población Yamana sobreviviente que continúa en Isla Navarino, Tierra del Fuego.
Fuente: Sernatur