Por
Felipe Vicencio Poblete
Director Proyecto Dinamiza
Ceduc UCN
Este miércoles 27 de septiembre se celebra el Día Mundial del Turismo, una industria transformadora en la economía global. ¿Qué sucede cuando esta industria, que se nutre de experiencias y descubrimientos, se cruza con el dinámico mundo de la innovación? Durante el desarrollo del proyecto “Innovación en Turismo en la Región de Coquimbo” financiado por Corfo, nos embarcamos en un viaje que ha revelado respuestas desafiantes.
La innovación no solo se presenta como una herramienta útil, sino como una herramienta que revitaliza y mantiene el sector turístico fresco, actualizado y competitivo. ¿Pero qué significa exactamente innovar en este contexto?
Si bien es cierto que vivimos en la era digital, innovar en el sector turístico es un concepto mucho más amplio. Durante la dictación del Diplomado en Innovación y Diseño de Experiencias Turísticas Sustentables se pudo evidenciar la importancia de la utilización de inteligencia artificial para personalizar la experiencia de los viajeros. Las plataformas y aplicaciones turísticas, reforzadas con algoritmos avanzados y análisis detallados, permiten ofrecer sugerencias y recomendaciones precisas a los turistas, desde la elección del destino hasta la programación detallada de sus itinerarios. No es solo sobre automatización; es sobre entender y prever los deseos y necesidades de cada viajero.
Además de la tecnología, otro aprendizaje trascendental ha sido el crecimiento del turismo sostenible y consciente. Los viajeros de hoy, informados y conscientes, buscan experiencias que no sólo les enriquezcan, sino que también sean respetuosas con el medio ambiente y las culturas locales. Las vacaciones ya no son solo un escape, son también una oportunidad para aprender, crecer y contribuir positivamente al mundo.
Como cualquier camino que busca fortalecer el desarrollo del sector, el nuestro no estuvo exento de obstáculos. La resistencia al cambio es un tema relevante, especialmente en un sector donde están arraigadas estrategias de comercialización pre pandemia y la promoción de atractivos o productos turísticos limitados. Las barreras financieras, culturales y tecnológicas también se presentaron en el horizonte. Pero, en lugar de detenernos, estos desafíos nos ofrecieron perspectivas valiosas y preguntas que es necesario ir respondiendo en conjunto.
Estamos promoviendo alianzas estratégicas, fomentamos el intercambio de ideas y conocimientos, y pusimos en valor un Diplomado que permitió mostrar el valor y las ventajas de la innovación y de la formación de sus actores. Lo importante de esta experiencia es darnos cuenta de que existe un grupo importante de emprendedores y empresarios del sector que comparten nuestro entusiasmo y visión.
El turismo, en su esencia, celebra el descubrimiento, la conexión y el asombro. La innovación, por otro lado, es una chispa que permite impulsar el cambio, el crecimiento y la evolución. Juntas, estas dos fuerzas -turismo e innovación- tienen el poder no sólo de transformar una industria, sino de enriquecer y mejorar innumerables vidas.
En nuestro proyecto, hemos visto apenas un atisbo de lo que es posible. Pero, si hay algo que hemos aprendido, es que este es sólo el comienzo. Con la colaboración, el ingenio y la pasión que son fundamentales para generar cambios en los territorios, el futuro del turismo en la región de Coquimbo tiene un potencial brillante, prometedor e infinitamente emocionante.
Invitamos a todos los actores del sector, públicos y privados, a unirse a esta revolución turística. Juntos, podemos crear un mundo donde cada viaje no sólo sea un momento, sino una historia, una enseñanza y una inspiración. ¡Hagamos historia juntos!