Por
Hernán Passalacqua
Director Ejecutivo
Fiztroy Turismo & Real Estate

 

 

 

 

Con la serie documental “Our Great National Park” de Netflix, narrada y producida por el ex Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, la Patagonia ha vuelto a tener gran relevancia al clasificarla como uno de los 4 parques nacionales más espectaculares del planeta. Tan de moda se puso el tema, que ahora se viene el especial Patagonia: “Life on the Edge of the World” en CNN, dirigido por el actor chileno Pedro Pascal.

Qué mejor momento que éste para reflexionar y preguntarnos, ¿Cómo lograr que en los próximos 20 años la Patagonia sea un destino turístico sustentable que tenga desarrollo y, al mismo tiempo, mantenga su carácter? ¿Estamos preparados para avanzar hacia allá?

Desde Puerto Montt al sur hablamos de “la Patagonia”, donde comienzan las barcazas, caminos de tierra, parques nacionales, cascadas, baja densidad de habitantes, menos desarrollo, vida rural, mala conexión de celular, escasas bombas de bencina, alojamiento y servicios de estándar más bajo de lo que estamos acostumbrados desde Puerto Montt hacia el norte, entre otras cosas. Este territorio, cuyo 50% es parte del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas, se extiende hasta Puerto Williams por más de 2.000 kms de costa de mar y abarca un territorio de 250.000 kms2, con una población de 250.000 habitantes, es decir, una de las densidades más bajas del mundo.

Tenemos mucho por trabajar. El turismo en la Patagonia genera aproximadamente 500 millones de dólares en ingresos, contrata unas 13.000 personas (9% del empleo) y representa aproximadamente el 12% del PIB regional, considerando su impacto directo e indirecto. Es una zona que debemos desarrollar de mejor manera y en forma responsable, pues es un motor económico con alto potencial para el país.

En los últimos meses se ha hablado mucho de las parcelas en Aysén y Patagonia. Además de ser un destino cuyo atractivo aumentó con la pandemia, dada la necesidad de la gente de buscar un refugio en el sur y eventualmente vivir allá, ha salido a la luz la ausencia de planificación en el crecimiento en esa zona y problemas con las subdivisiones de tierra. Sin duda es urgente un Plan Regulador Rural que proteja el desarrollo del territorio y preserve su cultura y carácter rural. Con esto, se dará impulso al crecimiento de la Patagonia, pero con una mirada sustentable y responsable, con visión de futuro. Existen buenos ejemplos en otros países, como Nueva Zelanda e Irlanda del Sur, que están dando apoyo financiero para que la gente se vaya de las ciudades al campo para generar desarrollo y actividad económica. Esto puede planificarse y hacerse bien. No con improvisación y falta de perspectiva.

Debemos trazar un plan de desarrollo como país e industria, que permita un crecimiento y evolución responsable en la zona más extrema de nuestro país, con una naturaleza invaluable. Es urgente que el Estado resguarde y planifique este impulso, favoreciendo concesiones y financiamiento de obras relevantes, con mirada de futuro. Aunque 20 años suene un tiempo muy lejano, la realidad muestra que para lograr un destino turístico sustentable debemos comenzar a trabajar desde hoy. Tenemos el tiempo en contra.