Las fiestas de fin de año suelen ser una síntesis de todos los legados culturales y migratorios de la historia de cada país, y Brasil no es la excepción. Descubra en este listado cómo cenan los brasileños en estas celebraciones y cuáles platos coinciden con los manjares navideños de Chile.
Pavo al horno
El origen de la tradición se remonta a los pueblos originarios de América que descendían de los aztecas y mayas, quienes servían el pavo como ofrenda y símbolo de abundancia por ser un ave grande que alimentaba a muchas personas. Tradicional en las fiestas estadounidenses de Acción de Gracias, la leyenda dice que en 1621, en Plymouth, el pavo se sirvió por primera vez con esa connotación festiva. Países de Europa y América, como Brasil, perpetúan la costumbre de servir un pavo como expresión simbólica de éxito y buenos augurios frente a las dificultades de la vida cotidiana al largo del año.
Frutas secas
A pesar del calor que suele hacer en muchas regiones de Brasil a fin de año (verano en el sur del continente), las calóricas frutas secas forman parte del menú. Almendras, nueces, avellanas, pistachos y frutas disecadas como pasas de uva, damascos y dátiles completan la lista. La tradición proviene de países de Europa y Asia, donde el frío invernal imponía la necesidad de comer frutas secas como alimento de fácil almacenado y alto nivel calórico. En Brasil las mesas navideñas sustituyen las frutas secas importadas por variantes nacionales como las castañas de cajú y de Pará.
Bolinhos de Bacalao
Con orígenes en la cocina ibérica, los bolinhos (croquetas) también tienen reminiscencias nórdicas. El bacalao, abundante en los mares europeos, era accesible, pero debía deshidratarse para su almacenamiento. Fueron los vascos, en la costa de España, quienes comenzaron a salar y secar el bacalao, generando una revolución culinaria en los años previos a la refrigeración. En la Edad Media los cristianos debían obedecer a días de ayuno de carne roja; como el bacalao era muy barato se tornó el elegido para las fiestas religiosas.
Farofa
Plato brasileño por definición, la farofa es una harina crocante de yuca que surgió en la época colonial con la intención de sustituir las especias importadas en las comidas y para que no se sintiera el sabor fuerte de algunas carnes salvajes. En una época en que libres y esclavos comían con las manos, la farofa tenía un rol importante para unir los alimentos en bocados. En Navidad, con pasas de uva, nueces o toques de cerdo, es el acompañamiento infaltable de carnes y guisos.
Lechón asado
Es consumido en las mesas navideñas de Brasil, pero la tradición es más antigua que la del pavo. Los romanos ya incorporaban el lechón asado en sus banquetes desde el siglo XVIII, y era servido principalmente en el invierno por ser una carne más grasosa y calórica. En las mesas del estado de Minas Gerais, por ejemplo, el cerdo reina: la variante más sofisticada es de lechón relleno de farofa y decorado con frutas de estación.
Salpicão
Infaltable en los menús de fin de año, es un tipo de ensalada conocida por la mezcla de legumbres y carne de ave desmenuzada. A diferencia del salpicón u otras ensaladas con mayonesa que se consumen en América Latina, el salpicão incluye un toque de frutas como piña, manzana verde o pasas de uva, en combinación con la zanahoria rallada, papas, mayonesa, perejil, pimentón, carne de pollo o pavo y especias.
Vino
Los brasileños toman cachaza, cerveza y caipirinha, pero en las ocasiones especiales se rinden al vino para los brindis más simbólicos. Y aunque la cultura del vino no es muy fuerte en el país, Brasil es el 13° mayor productor vitivinícola de mundo.
Rabanada
Es un dulce navideño muy tradicional. La receta llegó a Brasil gracias a los portugueses y rápidamente se esparció y se ganó su lugar en las mesas de fin de año. Según los historiadores, la rabanada nació como una manera de reaprovechar el pan, un alimento que según los cristianos representa el cuerpo de Cristo. La rabanada se prepara mojando una feta gruesa de pan en una mezcla de leche, vino y azúcar; luego el pan mojado se pasa por huevo revuelto y se fríe en aceite. Las porciones listas se espolvorean con azúcar y canela.
Panetone
La historia más conocida sobre su origen es la de un joven aprendiz de panadero italiano que estaba enamorado de la hija de su patrón, dueño de la panadería. Para impresionar a la chica y a su padre, preparó una masa de pan relleno con frutas secas y deshidratadas que resultó del gusto de propios y extraños: de a poco, la receta se hizo conocida como el “Pan de Toni”, en honor a su creador. En Brasil la receta tradicional dulce dio origen a versiones saladas, con salame, bacalao, tomate seco, mussarela de búfala y hasta yuca con carne deshidratada (charque).
Galletas de jengibre
De origen anglosajón, son perfectas para preparar en familia. Normalmente conocidas por la imagen de un muñeco, pueden adoptar muchas formas, como estrellas y árboles de navidad. Deliciosas con o sin glaseado, obtienen un tono oscuro cuando se les agregan los muy brasileños azúcar moreno y melaza de caña.
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