Una jornada histórica es la que vive la Región Metropolitana, con la creación -de manera formal- del Parque Nacional Río Clarillo, el primero que dicha importante zona del país consigue para preservar una muestra de los ecosistemas mediterráneos de la zona precordillerana y cordillerana de la Región Metropolitana (RM), asegurando su biodiversidad y sus procesos evolutivos.
La recategorización de la ex Reserva Nacional Río Clarillo formó parte de una de las iniciativas de la Corporación Nacional Forestal (CONAF) para la optimización y consolidación del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas en la zona mediterránea, y que fuera incluida en el Portafolio de Creación que aprobó el Comité Nacional de Áreas Protegidas.
Para Rodrigo Munita, director ejecutivo de CONAF, la publicación del decreto en el Diario Oficial «es la concreción de un largo anhelo de no solo las autoridades del Estado de Chile y organismos técnicos vinculados a la conservación, sino también de toda la comunidad de la zona de El Principal, que llevaba varios años aportando a través del Consejo Consultivo de la unidad para poder elevar el nivel de protección de la cuenca del Río Clarillo».
El Parque Nacional Río Clarillo comprende en su totalidad de una superficie (10.185 ha.) de terrenos de la antigua reserva nacional, que había sido creada el año 1982 mediante decreto del Ministerio de Agricultura.
La recategorización fue el resultado de una evaluación llevada a cabo por un panel de expertos de CONAF, quienes conforme a criterios técnicos establecidos para la categoría en la Convención de Washington (DS 531 de 1967 del Ministerio de Relaciones Exteriores) determinaron una alta vocación para la categoría Parque Nacional.
Las principales razones fundamentales para el cambio de categoría a Parque Nacional fueron las altas condiciones de resiliencia y recuperación de los ecosistemas presentes en el lugar, el mejoramiento de las condiciones de protección y preservación de las bellezas escénicas y de las especies de flora y fauna de importancia nacional, como también de las condiciones de uso para el disfrute del público y la investigación científica, y el alto número de especies que requieren una mayor y mejores condiciones de resguardo, entre ellas: 18 especies de flora, 2 de aves, 5 de mamíferos, 5 de reptiles y 3 de anfibios, todas presentan algún problema de conservación.