Brasil ofrece innumerables opciones de paseos en medio de la naturaleza, que cumplen con los preceptos de preservación del entorno y permiten la inmersión en parajes exuberantes ubicados en entornos rurales y urbanos.
Con vuelos directos y fronteras terrestres abiertas, es hora de elegir un calzado cómodo y salir a recorrerlas.
A continuación cinco opciones para elegir.
Bonito, Mato Grosso do Sul
Considerado uno de los mejores destinos de turismo sustentable del mundo, el Municipio de Bonito cuenta con algunos de los paisajes más impresionantes de Brasil, que incluyen ríos, lagos y grutas. Además de los paseos acuáticos, las caminatas son la mejor opción para recorrer y toparse en el camino con cascadas de distintas alturas.
Los senderos tienen diferentes niveles de dificultad, pero -por la fauna selvática- se impone el uso de zapatos cerrados, diseñados para trayectos variables y que incluyen inmersiones en lugares selváticos. Para llegar a Bonito hay vuelos internos a la capital de Matto Grosso -Campo Grande-, y de allí son 300 km de trayecto terrestre. Más informaciones aquí
Cataratas Iguaçu, Paraná
El Parque Nacional del Iguaçu pertenece en conjunto a Brasil y Argentina, con unas 185.000 hectáreas del lado brasileño y hasta 2019 recibía dos millones de visitantes cada año.
Declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO, la mejor manera de conocerlo es caminando por los puentes emplazados sobre sus impresionantes caídas de agua, un recorrido que del lado brasileño supera 1,2 kilómetros. El acceso a Foz de Iguaçu es frecuente por vía aérea o terrestre. Más informaciones aquí
Florianópolis, Santa Catarina
La capital de Santa Catarina es uno de los destinos veraniegos favoritos de los turistas de países vecinos, por la belleza de sus paisajes, la calidad de su infraestructura y su fácil acceso por vía terrestre. Sin embargo, pocos saben que Florianópolis cuenta con una de las redes de senderos más extensas de Brasil: de norte a sur, la isla está surcada por más de 100 km de senderos de diversa complejidad, que recorren unas 40 playas y tres lagunas, e incluyen morros cos vistas privilegiadas del mar.
El sendero más famoso es la Trilha da Lagoinha do Leste, que da acceso a la playa del mismo nombre, una de las más preservadas de la región. Más informaciones aquí
Parque Nacionais da Tijuca, Río de Janeiro
Una de las poquísimas selvas urbanas del mundo, el Parque Nacional de Tijuca se encuentra a 20 km del centro de Río de Janeiro y es un paseo imprescindible para senderistas de todo el mundo. El parque abarca un área de 3.300 hectáreas y se divide en tres zonas que son la Floresta de Tijuca, Serra da Carioca y Pedra da Gávea/Pedra Bonita.
Uno de los puntos ineludibles del recorrido suelen ser el Corcovado y la Vista Chinesa, pero la reserva posee diversas opciones de senderos de menor a mayor intensidad como la Trilha dos Estudantes x Centro de Visitantes, Caminho dos Artistas , Circuito das Grutas, Pico da Tijuca , Pedra da Gávea y Parque Lage-Corcovado. Más informaciones aquí.
Fernando de Noronha, Pernambuco
Considerado uno de los mejores destinos de playa de Brasil (y quizá del mundo), el archipiélago de Fernando de Noronha es un paraíso ecológico ubicado a 300 km de la costa pernambucana, que controla el ingreso de visitantes y les exige certificado de vacunación a los turistas.
Playas paradisíacas, vida marina y naturaleza salvaje son el privilegio de quienes acceden al archipiélago que sólo permite el ingreso a turistas por vía aérea desde Recife. Con apenas 26 km de territorio, Noronha obliga a los visitantes a caminar para acceder a varias de sus célebres atracciones naturales; los senderos más conocidos son Trilha dos Abreus, Paria Sueste, Trilha do Atalaia, Baia dos Porcos, Costa Esmeralda y Costa dos mirantes. Más informaciones aquí.
Fotos: Cortesía de Embratur y Río Tur.