La temporada de cosecha es, sin duda, un período clave que mueve gran parte de la economía chilena. Como principal exportador de vinos del Nuevo Mundo, el país vive cada año este proceso esencial para la viticultura. La recolección de uvas es crucial en cada viñedo, ya que identificar el instante preciso para la vendimia es fundamental, pues influye directamente en las características y calidad de los vinos que se elaborarán.
Para Miguel Torres Chile, siempre enfocada en los efectos del cambio climático global, por eso están muy atentos a los comportamientos que muestran las añadas a los nuevos extremos climáticos.
La cosecha 2025, no es la excepción, ya que estuvo marcada por condiciones únicas, lo que requirió un trabajo minucioso para garantizar la calidad y excelencia que distinguen a sus vinos.
En este contexto, la esperada vendimia en la reconocida bodega del Valle de Curicó comenzó a fines de febrero en sus viñedos del norte del país.
Valle de Limarí
La vendimia 2025 se inició el 24 de febrero, 22 días más tarde que la temporada anterior. La variedad chardonnay, utilizada para la elaboración de su premiado vino Miguel Torres Cordillera chardonnay, se desarrolló bajo condiciones climáticas marcadas por una mayor cantidad de precipitaciones, sobre todo en el invierno, un factor clave en este valle que ha sufrido años de sequía.

El manejo agrícola eficiente ha logrado controlar las enfermedades y optimizar la sanidad de los viñedos.
El invierno frío favoreció la acumulación de horas frío, propiciando una brotación tardía pero homogénea. La primavera comenzó con temperaturas bajas y leves heladas entre agosto y septiembre, aunque sin impactos significativos. Posteriormente, octubre y noviembre registraron temperaturas variables, lo que permitió una buena cuaja de las uvas.
El verano tuvo un inicio fresco, pero enero y febrero presentaron temperaturas más altas, sin llegar a extremos. La sanidad del viñedo fue positiva, salvo por daños provocados por aves en algunos sectores. Se espera un ligero aumento en los rendimientos en comparación con la temporada anterior, salvo en áreas afectadas por heladas primaverales o con problemas de inducción de yemas debido a la escasez de agua en la campaña anterior. La calidad de las uvas es excelente, con un equilibrio óptimo entre azúcares, ácidos, con la salinidad, mineralidad y una excelente concentración característica en los vinos de esta zona.
Vendimia en zona centro
En tanto, la vendimia en esta región se ha caracterizado por una temporada cálida, cosechando aquí de las primeras uvas de las cepas sauvignon blanc y gewürztraminer, labor que comenzó 10 días antes que en la campaña anterior.
El invierno con notables bajas temperaturas permitió una buena acumulación de horas frío, mejorando las condiciones de brotación respecto a la temporada previa. La primavera presentó variaciones climáticas, con un inicio del frío que retrasó la brotación, seguido de un octubre cálido que aceleró el crecimiento. Sin embargo, noviembre tuvo temperaturas moderadas, lo que afectó la cuaja en variedades como el país y malbec.
El verano ha sido caluroso, con enero destacándose como uno de los más cálidos registrados. En consecuencia, la pinta de las uvas fue irregular y prolongada. La sanidad del viñedo se vio afectada por la aparición tardía de oídio (uncinula necator), principalmente en chardonnay y carignan. Sin embargo, el manejo agrícola eficiente ha logrado controlar las enfermedades y optimizar la sanidad de los viñedos.
Las precipitaciones invernales fueron abundantes en junio y agosto, mientras que el verano ha sido extremadamente seco. En el secano, la brotación fue tardía y las altas temperaturas de dicha estación han puesto a prueba la resistencia de variedades como carignan y carmenere.
En términos de rendimiento, las primeras cosechas muestran una producción menor al año pasado, particularmente en sauvignon blanc, donde se estima una reducción de entre un 20% y 40% según la zona.
En el secano, variedades como carignan, malbec y país presentan disminuciones de entre 20% y 30%, esto debido a que se experimentaron una primavera seca y un verano muy caluroso, incluso con olas de calor, las cuales afectaron el tamaño de racimos y el llenado de las bayas.
Estimaciones en la zona sur

La calidad de las uvas es excelente, con un equilibrio óptimo entre azúcares, ácidos, con la salinidad, mineralidad y una excelente concentración.
Finalmente, en el valle de Osorno, origen de las uvas que dan vida al destacado Cordillera sauvignon blanc, el invierno comenzó templado, pero terminó siendo el más frío de los últimos cinco años.
La primavera fue cálida y sin heladas severas, favoreciendo una buena cuaja, aun cuando los racimos fuente de esta cepa blanca, resultaron más pequeños de lo habitual. En tanto, el verano bastante seco se ha desarrollado con temperaturas moderadas, salvo algunos días de los pasados diciembre y enero que alcanzaron los 30°C. A la fecha, se han registrado 756 mm de precipitaciones.
Incendios forestales
El aumento de temperaturas en enero y febrero generó incendios forestales en diversas zonas de Chile, especialmente en La Araucanía, quemándose 28.131 hectáreas, un 101% más que la temporada anterior. Afortunadamente, los siniestros cercanos a viñedos ocurrieron antes del envero, por lo que no se espera que el humo afecte la calidad de la cosecha.